Lo primero que sorprende de esta historia es cómo el actor Luis Merlo encontró en sus perros —todos adoptados— una fuente de compañía y ternura. Entre ellos destaca una perrita galga ciega de nacimiento que ha despertado una reacción emocional inesperada tanto en redes como en medios especializados.
Una galga ciega encuentra apoyo
La galga llegó al hogar de Merlo adoptada y con una discapacidad visual evidente. Sin embargo, el impulso de ayudarla le vino espontáneamente y sin planificación. Según el actor, un día la vio apoyarse en su otra perra, una mastín, para orientarse y moverse con más seguridad por el jardín. Era como si la mastín improvisara un “perro lazarillo”, acompañándola en cada paso.
Ese gesto, relatado en una entrevista reciente, revela un vínculo animal profundo. Merlo explicó que la perra corre y juega con ella, a pesar de no ver, gracias a ese apoyo. El momento sorprendió al actor: “De repente, vi que mi perra galga, ciega, se apoyaba en la mastín para poder correr por el jardín: le estaba haciendo de lazarillo”.
Empatía y viralización
La historia se propagó con rapidez en redes sociales, principalmente en X, donde distintas comunidades amantes de los animales compartieron el relato y expresaron solidaridad. A pesar de que muchos elogiaron el gesto de la mastín, varios recordaron casos similares de animales que cuidan a compañeros discapacitados, demostrando empatía y conducta social innata.
En Facebook, medios como La Vanguardia publicaron un post sobre este capítulo en la vida de Merlo, destacando cómo todos sus perros han sido adoptados y forman una familia unida. A su vez, cuentas especializadas lo han calificado como un ejemplo emotivo de fraternidad entre especies.
Conductas sociales entre perros
La interacción entre la perra ciega y la mastín no es anecdótica: la etología canina describe comportamientos de ayuda y orientación dentro del grupo. Los canes aprenden a identificar señales en sus compañeros y responder con acciones que favorecen la supervivencia de la manada.
Según expertos, cuando un perro con alguna discapacidad convive en un entorno estable y con apoyo, es frecuente que otro miembro se convierta en guía o contención. Esto ocurre por empatía social, vínculo emocional, y también químico —hasta vínculos hormonales derivados del contacto físico.
Este caso encaja en comportamientos comparables a los observados en élites de servicios de asistencia canina, aunque en este caso sin entrenamiento. Simplemente se trata de un lazo afectivo entre perros a partir de la convivencia.
El papel de Merlo: defensor del bienestar animal
Luis Merlo, de 58 años, ha sido enfático al explicar cuánto valoran sus mascotas su presencia diaria y su cuidado. En entrevistas ha recalcado que él “está al servicio de sus perros”, reforzando su imagen como amante comprometido de los animales.
Además, su testimonio aporta visibilidad al rescate y adopción de perros vulnerables. Al compartir esta historia, anima a otros a valorar segundas oportunidades para mascotas con necesidades especiales.