Pareja vestida de novios en una iglesia, la mujer sonríe y lleva un vestido blanco con velo y tiara, el hombre viste traje oscuro y corbata.

El desplante de Elena de Borbón a Jaime de Marichalar

Distancia y silencio en su reencuentro tras años de desencuentro y una ruptura dolorosa

Desde que se anunció su “cese temporal de convivencia” en noviembre de 2007 y el divorcio oficial en febrero de 2010, la relación entre la infanta Elena y Jaime de Marichalar ha sido un enigma para la opinión pública. Meses atrás, en abril, una misa funeral en Madrid puso de relieve el silencio que reina entre ellos, avivando la curiosidad sobre si es un rechazo intencionado o simplemente una convivencia incómoda entre dos personas que compartieron una historia.

Encuentro tenso en la misa funeral de abril

El 10 de abril de 2025, ambos coincidieron en un acto religioso por la difunta Paloma de Urquijo. Según testigos, mientras Jaime saludaba al resto de asistentes, evitó saludar a Elena, que se mantenía rígida y sin gestos de acercamiento. El periodista presente en el evento describió la tensión: un silencioso cruce de miradas que dejó claro que entre ellos existe “una distancia que va más allá del mero protocolo”.

Este gesto no ha pasado desapercibido en un entorno donde coincidencias públicas son inevitables. Viven cerca en Madrid, y coinciden en actos sociales y familiares. Pero lo sorprendente no es solo el hecho del encuentro, sino cómo se desarrolló. Ni un saludo, ni gesto amable.

Varias personas conversando y estrechándose las manos en un evento formal.
Infanta Elena y rey emérito | YouTube: El Mundo

El distanciamiento tras una separación complicada

El distanciamiento actual hunde sus raíces en una ruptura convulsa. La Crisis fue anunciada en 2007 y el divorcio se consumó en febrero de 2010. En aquel tiempo se especuló sobre problemas de adicción por parte de Jaime, rumores que la Casa Real nunca confirmó, pero que alimentaron la tensión hasta ese desenlace.

Pilar Vidal, colaboradora del programa La Roca, avanzó hace días que en ese reencuentro público tampoco participaron del rito común en la comida posterior, evidenciando que la relación sigue siendo extremadamente fría. Según sus fuentes, no se cruzaron ni una mirada. Esto introduce nuevas interrogantes sobre si existe algún contacto mínimo por sus hijos o si ese vínculo paternal está completamente erosionado.

Reacciones en medios y redes sociales

Tras la misa, en La Roca emitieron un debate sobre la situación, con Juan del Val señalando lo natural: siendo padres, deberían mantener al menos una actitud civilizada. En cambio, Pilar Vidal afirmó tajante que la señora Elena “no puede perdonar” a Jaime. En redes, el vídeo del gesto frío de Jaime se viralizó rápidamente. Un usuario comentaba: “Ni un ademán, ni una cortesía… la distancia sigue intacta”. Otro reprochaba: “¿Hasta cuándo deberán los hijos pagar por el pasado de sus padres?”

Una mujer de cabello corto y canoso frente a un edificio de ladrillo con árboles alrededor.
Infanta Elena dando declaraciones | YouTube, XCatalunya

Asimismo, la prensa especializada coincide en señalar que el ex-duque intentó desvincularse de la Casa Real tras la ruptura, algo que le afectó profundamente a nivel personal y ante la realeza.

Contexto familiar y posibles consecuencias

Aunque viven cerca en el barrio de Salamanca —él en un tríplex y ella en otra vivienda próxima—siguen sin coincidir de forma natural. Su silencio no es solo protocolo: es un silencio cargado de historia. Tras una vida en común desde 1995, dos hijos y quince años de relación, resulta llamativo que no haya base mínima para una cordialidad pública.

Los actos oficiales continúan requiriendo su presencia y muchas veces coinciden en recepciones o eventos familiares vinculados a la Corona. El gesto del funeral ha puesto el foco en si ese distanciamiento afecta al núcleo familiar.