Mujer rubia con saco de flores sentada frente a una pasarela con un emoji de sorpresa grande a su lado

Las cuatro hijas de Judit Mascó y sus cuatro trabajos que desconocías

Sus trabajos te sorprenderán. Hasta ahora no habían salido a la luz.

Durante décadas, Judit Mascó fue sinónimo de elegancia, profesionalismo y éxito en el mundo de la moda. Pero, a diferencia de muchas figuras públicas que intentan proyectar su legado en sus hijos, la modelo catalana ha tomado otro rumbo con su familia. Hoy, sus cuatro hijas adultas —Maria, Paula, Romita y Clara— han decidido alejarse del escaparate de las pasarelas para construir su identidad desde cero.

En una entrevista reciente, Mascó lo dejó claro: ninguna de sus hijas ha querido ser “la hija de la modelo”, y eso le produce orgullo. Porque si algo ha transmitido Judit a sus hijas, más allá de la genética favorecida, ha sido  la importancia de la autenticidad y el amor por lo que uno hace. Y eso ha marcado profundamente el rumbo de sus hijas.

Maria, la artista que dijo “no” a la pasarela

Maria, la mayor, de 26 años, fue quien más cerca estuvo de seguir los pasos de su madre. Hizo algunos trabajos puntuales para marcas como Custo Barcelona, pero pronto comprendió que no era lo suyo. “No se sentía feliz haciéndolo”, confiesa Mascó. Consciente de que su oportunidad venía dada por su apellido, optó por buscar su camino en otro terreno: el arte plástico.

Judit Mascó y una imagen de ella con su madre
Judit Mascó de ruta en la montaña. | Instagram

La segunda hija, Paula, también ha elegido un camino artístico, pero distinto: el de la interpretación. Aunque estudió Humanidades, su vocación actoral la ha llevado a participar en series comprometidas y de corte juvenil como SKAM, Cuco o Autodefensa. En sus redes sociales, se muestra libre, creativa y coherente con su generación.

Romita, diseño con raíces

Romita, de 23 años, fue adoptada en Haití y es quizá la más polifacética del grupo. Estudia Diseño en la Escuela Superior de Arte y Diseño de Barcelona, pero también es una apasionada del baile y la batucada. Judit ha comentado con ternura y admiración cómo su hija ha integrado la expresión artística en su día a día, siempre desde la autenticidad.

Judit Mascó con gafas de sol
Montaje con Judit Mascó como protagonista. | Instagram

La más joven, Clara, ha roto la tradición artística de la familia. Después de cursar el bachillerato en Canadá, se ha decantado por las ciencias. Judit explica que su hija “nos ha salido de ciencias” y que está enfocada en estudios más técnicos. Esta elección demuestra que en casa no hay un molde predefinido.

Una familia unida, fuera del foco

Detrás de estas decisiones está también la figura de Eduard Vicente, marido de Judit y gerente del MACBA. Según la modelo, él ha sido una pieza clave para mantener a la familia alejada de los focos, permitiendo que sus hijas crecieran con normalidad, a pesar de tener una madre famosa.

Judit y Eduard formaron una “piña” para dar a sus hijas el espacio necesario para construir su identidad lejos del escaparate público.  En una época en la que abundan los "nepo babies" —hijos de famosos que heredan fama sin mérito—, las hijas de Judit Mascó destacan por haber hecho todo lo contrario.

No solo han rechazado el camino fácil de las pasarelas, sino que han demostrado que el verdadero talento no se impone ni se hereda, se cultiva. Y en el caso de las Mascó-Vicente, florece con luz propia.