El verano en Escocia siempre guarda un lugar para las tradiciones. Los Mey Highland Games son una cita ineludible donde la historia se entrelaza con la gente. Y como cada año, Carlos III y Camila asistieron y marcaron presencia en este ritual de raíces profundas.
Este evento no es solo folklore, sino un acto de pertenencia que se vive entre gaitas y brezo. Las tierras de Caithness ven desfilar a sus protagonistas, entre sonrisas, miradas y silencios. Pero esta vez, la presencia de Carlos III fue diferente y llamó la atención del público, todo adquirió un significado más profundo, fue un recordatorio de lo que vive el rey.

El bastón que habló más que los discursos
En John O'Groats, el confín del mapa británico, Carlos III avanzó con paso pausado y gesto firme. Enfundado en su kilt de tartán, chaqueta de tweed y sgian dubh en el calcetín derecho, respetó cada detalle de la tradición. Pero no fue su atuendo lo que capturó las miradas, sino el bastón de madera oscura que le acompañó como una sombra digna.
Para muchos, ver al rey sujetándose al mundo con la punta de un bastón dice más que cualquier comunicado oficial. La imagen de un rey en tratamiento oncológico, mezclado entre la multitud, tiene un peso emocional que ninguna declaración puede suavizar. Desde el Palacio, han descrito el uso del bastón como: “Más simbólica que médica”, sin embargo, se ha convertido en un recordatorio de que la salud de Carlos III es débil.

Carlos III rechaza la quimioterapia
El rey Carlos III ha optado por rechazar la quimioterapia convencional, ha elegido tratamientos menos invasivos. En palacio insisten en que su enfoque es “personal y controlado” y una fuente cercana, lo afirma "Sí, tiene cáncer". Sin embargo, Carlos III ha tomado una decisión que ha sido cuestionada y genera preocupación dentro y fuera del Reino Unido.
El rey Carlos III ha buscado terapias alternativas para luchar contra el cáncer que le aqueja. Desde Palacio nunca se ha dado a conocer exactamente, qué tipo de cáncer es. Lo que sí se sabe es que Carlos III no sigue tratamiento de quimioterapia, sino otros menos convencionales, pero que respetan su estilo de vida.

Sostenerse: la lección de liderazgo de Carlos III
Camina entre su gente, bromea, toca las manos de los suyos y brinda con un sorbo de whisky que arde con dignidad en las entrañas. “Carlos camina, observa, toca las manos de los suyos… y ríe”, relatan los testigos. Viendo en él más que un símbolo, una declaración de fortaleza.
Aunque la monarquía enfrenta tiempos complejos, el rey demuestra que reinar también es saber sostenerse. Cada paso, cada saludo, es un acto de resistencia, de esos que se graban en la memoria colectiva.