Un hombre con traje y corbata está sentado frente a un fondo colorido y sostiene una imagen borrosa dentro de un círculo rojo.

Brutal respuesta de Òscar Andreu cuando le ofrecieron un programa en castellano

Su respuesta sorprendió a muchos

El talento y la ironía de Òscar Dalmau y Òscar Andreu, conocidos por sus proyectos en TV3 y RAC1, no pasan desapercibidos. Su estilo mordaz, culturalmente agudo y profundamente vinculado a la sociedad catalana, ha conquistado audiencias desde hace años. Por eso no sorprendió que, recientemente, una televisión estatal llamara a su puerta. La propuesta sonaba ambiciosa: trasladar su estilo único a una cadena de ámbito español, grabar el programa desde Barcelona, mantener su formato habitual, y, según les prometieron, “total libertad creativa”. Un sueño profesional para muchos… pero no para todos.

Las condiciones de la propuesta

La propuesta llegó en forma de llamada. Según relató el propio Òscar Andreu durante una entrevista en el programa Via lliure de RAC1, el planteamiento parecía atractivo desde el inicio: un espacio nuevo, en televisión, con posibilidad de llegar a toda España y dirigido desde Catalunya. La persona que los contactó, que no fue identificada, insistió en que contarían con autonomía para hacer y deshacer a su antojo, sin imposiciones de estilo ni de contenido.

Un hombre con expresión de sorpresa frente a un edificio con logotipos de canales de televisión.
Persona sorprendida y los estudios de TV3 | TV3, max-kegfire

Hasta ese momento, todo pintaba perfecto. Pero la clave estaba aún por resolverse: el idioma. Los Òscars han desarrollado prácticamente toda su carrera en catalán, no solo por ser su lengua materna, sino también porque forma parte del espíritu de su humor y de su identidad como creadores. Por eso, durante la llamada, Andreu lanzó una pregunta directa y clara: “¿Pero lo podemos hacer en catalán?”. Y ahí, todo cambió.

La respuesta que lo cambia todo

Según explicó Andreu, el responsable de la cadena no tardó en contestar. De hecho, la reacción fue una mezcla entre desconcierto y condescendencia, que incluyó incluso una risa disimulada: “Hombre, en catalán no…”. Fue esa frase la que cerró la puerta de forma definitiva. Y la respuesta de Òscar Andreu, que ya se ha vuelto viral, fue inmediata y afilada: “Pues tanta libertad no es”.

Un hombre en traje sostiene un marcador mientras una flecha roja apunta hacia una imagen circular de dos niños corriendo en un campo al atardecer.
Òscar Andreu y niños jugando en un prado | TV3, Bolgarstock, XCatalunya

No hubo más negociación. No importaron las condiciones laborales, el alcance nacional ni las posibilidades de crecimiento. La oferta quedó automáticamente descartada. Lo reveló en directo, sin alardes, pero con la contundencia de quien ha tomado una decisión firme por convicción. Y aunque muchos esperaban un “sí” con matices, lo cierto es que el “no” fue rotundo. Un “no” que vale más que cualquier contrato.

Una cuestión de principios

Andreu justificó su decisión con un argumento difícil de rebatir: “Si no puedo trabajar en mi lengua, no es libertad”. Para él, el catalán no es solo una herramienta de trabajo, sino una parte inseparable de su identidad y de su forma de entender el humor. En su monólogo actual en El Molino de Barcelona, reflexiona precisamente sobre eso: la importancia de la lengua y de ser coherente con uno mismo, incluso cuando hay ofertas que pueden parecer tentadoras.

Y aunque asegura que nunca había pensado en hacer “stand-up”, reconoce que esta etapa le ha servido para compartir vivencias y pensamientos sobre su país y su idioma con el público desde el escenario.

El cierre inesperado

Muchos pensaban que los Òscars podrían dar el salto a nivel estatal, que su talento traspasaría fronteras… pero no imaginaban que la respuesta sería tan firme. Porque la clave de esta historia no es quién llamó, ni cuánto ofreció. La clave está en la pregunta que parecía sencilla y que resultó determinante: “¿Lo podemos hacer en catalán?”. Y solo entonces, cuando se supo la respuesta, todo quedó claro.