La princesa Charlotte ha vuelto a dejar huella con su estilo en uno de los eventos deportivos más seguidos del verano. A sus 10 años, la joven royal demuestra no solo una marcada personalidad, sino también una capacidad innata para captar la atención de la prensa.
Y no es casualidad. Tanto su madre, Kate Middleton, como su abuela paterna, la recordada Diana de Gales, han sido durante décadas iconos de elegancia y sofisticación. Charlotte, aunque aún es muy joven, parece tener clara su herencia.

El bonito gesto de la princesa Charlotte con Kate Middleton
Este domingo, la final de la Eurocopa de fútbol femenino enfrentó a Inglaterra contra España en un emocionante encuentro. El partido se resolvió en la tanda de penaltis, lo que dio la victoria al equipo británico.
Entre los asistentes al estadio no solo hubo aficionados: también se dejó ver la realeza. Por un lado, el príncipe Guillermo acudió con su hija Charlotte; por otro, estuvieron la princesa Leonor y la infanta Sofía.
Sin embargo, más allá de lo deportivo, uno de los detalles que más comentarios generó fue el look elegido por la pequeña princesa británica. Charlotte lució un vestido azul marino con un delicado estampado de pequeños lunares blancos.

El diseño presentaba detalles muy cuidados: volantes en las mangas, botonadura frontal y un lazo a la cintura. Aunque pertenece a la firma italiana Guess, conocida por su estilo moderno, el vestido encajaba sorprendentemente bien con la estética tradicional de la familia real.
La elección no fue casual. Este tipo de estampado, los lunares blancos sobre fondo oscuro, ha sido además una constante en el vestuario de Kate Middleton y también de Diana. Especialmente en momentos destacados de su vida pública.
Consciente o no, Charlotte rindió homenaje a esas dos figuras femeninas tan influyentes en su entorno familiar. De hecho, no era la primera vez que optaba por este vestido: ya lo había lucido en Wimbledon este mismo año, aunque en aquella ocasión lo combinó de manera distinta.
La princesa Charlotte fue el centro de todas las miradas
En esta última aparición, la princesa eligió unas bailarinas blancas con tira en el empeine, y llevó su cabello suelto. Todo en su imagen transmitía una mezcla entre ternura infantil y elegancia heredada.
El vestido se ha agotado rápidamente en la web oficial de la marca. Sin embargo, todavía puede encontrarse en algunas tiendas multimarca por un precio cercano a los 80 euros. Más allá de su valor comercial, el diseño refleja cómo Charlotte comienza a definir su propio estilo.
Con este significativo look, la princesa Charlotte confirma que no solo sigue los pasos de su madre y su abuela en lo estético. También demuestra que ha heredado la capacidad de convertir la moda en un lenguaje sutil, cargado de tradición, identidad y emoción.