Dos personas en primer plano con el Palacio de Buckingham y un jardín de flores al fondo

Así descubrió el Príncipe Guillermo las intenciones de Meghan Markle

Un biógrafo real desvela las sospechas que el heredero al trono tuvo desde el primer día sobre la duquesa de Sussex, mucho antes del 'Megxit'

La historia de amor entre el príncipe Harry y Meghan Markle pareció, en sus inicios, un cuento de hadas moderno que prometía renovar la anquilosada monarquía británica. Sin embargo, detrás de las sonrisas y los gestos de complicidad, se estaba gestando una tormenta familiar cuyas consecuencias aún resuenan en los pasillos del Palacio de Buckingham.

Lejos de ser una fractura repentina, las grietas en la relación entre los duques de Sussex y el resto de la Familia Real británica comenzaron a aparecer mucho antes de lo que el público imaginaba, y una figura clave ya había detectado las señales de alarma: el príncipe Guillermo.

Nuevas revelaciones apuntan a que el heredero al trono nunca se sintió cómodo con la llegada de la actriz estadounidense. Lo que para muchos era un soplo de aire fresco, para Guillermo era una fuente de profunda preocupación, una intuición que el tiempo, para él, no ha hecho más que confirmar.

Hombre con traje azul y corbata verde sonriendo en un jardín con vegetación al fondo
Príncipe Guillermo en un jardín | Canva Pro, XCatalunya, The Royal Family Web.

"Fama y fortuna": las dos palabras que encendieron las alarmas en Palacio

El recelo del príncipe Guillermo hacia su cuñada no fue una reacción tardía a los conflictos que más tarde se harían públicos. Según ha desvelado recientemente el periodista y biógrafo real Phil Dampier en una publicación para The Sun, el duque de Cambridge tuvo sospechas desde el primer momento. La fuente de su desconfianza se resumía en dos conceptos muy claros que, a su juicio, movían a la entonces prometida de su hermano: "fama y fortuna".

Dampier afirma que Guillermo temía que Meghan Markle viera su entrada en la Familia Real no como un compromiso de servicio, sino como una plataforma inmejorable para potenciar su carrera y su estatus a nivel mundial. Esta sospecha, que surgió en los primeros compases de la relación, marcó una distancia insalvable entre ambos.

Mientras el mundo celebraba el romance, el futuro rey de Inglaterra optaba por la cautela, observando cada movimiento con una mezcla de escepticismo y deber fraternal, preocupado por el impacto que esta unión podría tener sobre su hermano y, sobre todo, sobre la Corona.

Una pareja vestida formalmente sonríe mientras camina al aire libre.
El Príncipe Harry y Meghan Markle | E-Noticies, XCatalunya

La Reina Isabel II y su círculo íntimo también compartían el recelo

La desconfianza de Guillermo no era un sentimiento aislado dentro de los muros de palacio. Aunque en público la Reina Isabel II siempre mostró una actitud acogedora hacia la nueva duquesa, en privado las dudas también existían. Phil Dampier califica de "dinamita" las declaraciones que en su día le confió Lady Elizabeth Anson, prima de la monarca fallecida en 2020. Según Anson, una de las personas más cercanas a la soberana, la propia reina tenía serias reservas sobre Meghan y su capacidad para adaptarse a las rígidas normas de la institución.

Esta visión, proveniente del círculo más íntimo de Isabel II, refuerza la idea de que la tensión era palpable desde el principio. Aunque otras fuentes, como la periodista Esther Krauke, matizan que la impresión inicial de la reina fue favorable, reconociendo en Meghan a una mujer inteligente y preparada, la evolución de los acontecimientos demostró que las diferencias culturales y de enfoque eran demasiado grandes.

La maquinaria real, con sus protocolos y su lema de "nunca quejarse, nunca dar explicaciones", chocó frontalmente con el estilo más directo y mediático de la duquesa de Sussex.

Una mujer con cabello largo y oscuro sonríe mientras está sentada en un sofá, con un fondo azul y plantas decorativas.
Meghan Markle | YouTube

Las heridas abiertas por el "Megxit" siguen lejos de cicatrizar, y estas revelaciones no hacen más que contextualizar la profunda fractura que hoy separa a los dos hermanos. La postura de Guillermo, antes vista por algunos como fría o celosa, se reinterpreta ahora como un intento premonitorio de proteger a la institución que un día liderará.

El rey Carlos III, por su parte, es plenamente consciente del dolor y el caos que esta situación ha provocado, hasta el punto de evitar mencionar a los Sussex en actos oficiales, un silencio que habla por sí solo.

Aunque de vez en cuando aparecen rumores de reconciliación, se trata de algo muy complicado. Ambas partes tienen sus razones y será difícil llegar a un entendimiento. Lo que queda claro es que tanto el Príncipe Guillermo como la Reina Isabel II tuvieron razón con lo que ya intuyeron. Un caso similar ocurrió en la monarquía española. Juan Carlos I fue el primero en recelar de Letizia Ortiz. Acertó pero no ganó. La actual reina española salió victoriosa.