Antes de convertirse en princesa de Gales y en uno de los rostros más fotografiados de Inglaterra, Kate Middleton vivía una vida mucho más tranquila. En 2007, aún lejos del protocolo real, trabajaba en una firma de moda juvenil británica.
Lo que pocos saben es que, en esa etapa, también se atrevió a dar sus primeros pasos en el diseño de joyas. Fue una incursión discreta que surgió gracias a una colaboración inesperada con la diseñadora británica Claudia Bradby.

Admiten que los rumores sobre Kate Middleton son ciertos
La historia comienza con Claudia Bradby, una diseñadora británica que por entonces trabajaba desde su casa en Winchester. Su marca, centrada en perlas modernas y asequibles, apenas empezaba a ganar terreno.
Consciente del interés de Kate por el arte y el diseño, Bradby decidió enviarle una carta proponiéndole una colaboración. Lo que parecía una apuesta arriesgada terminó en una respuesta inesperada: Middleton aceptó.
La diseñadora recuerda con claridad ese momento. Fue una etapa especial en su carrera. De esta manera, en una entrevista con People, compartió con detalle cómo fue tratar con Kate en aquellos años, cuando aún no llevaba sobre los hombros el peso de la corona.

"Mirando hacia atrás, debió haber sido una situación de locos para ella estar en una relación con el futuro heredero al trono. En ese momento, parecía normal, y ciertamente no había rastro de la presión que debía haber estado sufriendo", explicó.
Bradby quedó sorprendida. "Es, sin duda, una mujer muy hermosa y llamativa. ¿Sabes cómo algunas personas pueden ocupar mucho espacio y otras pasar desapercibidas? Recuerdo haber pensado que tenía un carácter encantador y tranquilo", añadió.
El pasado más desconocido de Kate Middleton
De ese encuentro nació una pieza especial: el Mother and Child Pendant Necklace. El collar, pensado para simbolizar el vínculo entre madres e hijas, incluía tres elementos: un nugget de plata, un cuarzo rosa y una perla rosa.
El diseño se inspiró en una joya que Kate había visto previamente, lo que sirvió como punto de partida para desarrollar una pieza con un gran significado personal. Se lanzó a través de Jigsaw, la firma británica en la que trabajaba por aquel entonces.

El resultado fue un éxito. La pieza se convirtió en uno de los productos más vendidos de la colección de Bradby. A día de hoy, el collar sigue disponible en su tienda online, aunque con algunas variaciones: ahora tiene dos colgantes en lugar de tres y cuesta alrededor de 182 dólares.
Este episodio, aunque poco conocido, revela una faceta distinta de Kate Middleton. Una joven creativa, discreta y con iniciativa, que antes de asumir su rol institucional, ya mostraba interés por el diseño y la colaboración artística.