La nueva palanca económica del FC Barcelona ha generado una oleada de críticas, no solo entre aficionados y analistas, sino también dentro de los propios medios deportivos. El acuerdo que el club blaugrana ha firmado con el Gobierno de la República Democrática del Congo ha sido duramente cuestionado por el periodista Tomás Guasch.
Según las estimaciones, el Barça podría ingresar cerca de 44 millones de euros gracias a este acuerdo, que incluye una colaboración con el Gobierno congoleño durante las próximas cuatro temporadas.
Pero para Guasch, el problema no es solo económico, sino ético. “El fútbol de élite sacando dinero de uno de los países más pobres y conflictivos del mundo... no me parece que esto tenga nada que ver con los ‘valors’ del Barça”, lamentó el periodista con rotundidad.

“Falta de escrúpulos”
Guasch fue especialmente duro con la gestión del club presidido por Joan Laporta. Afirmó que, al igual que ocurre en otros ámbitos del país, en el fútbol español la palabra “escrúpulo” parece haber desaparecido del diccionario. “No existe escrúpulo en ninguna parte, y este acuerdo lo demuestra.
Ir a hacer negocios a un país en guerra, sin derechos fundamentales garantizados, solo por dinero, es una muestra de hasta qué punto hemos normalizado lo inmoral”, expresó con evidente indignación.

El también periodista David Sánchez, aunque menos tajante, coincidió en parte con la crítica. “Yo, si estuviera en el lugar de Laporta, no lo haría. Pero es cierto que no es el único club europeo que se ha apoyado en convenios de este tipo para sanear sus cuentas”, explicó.
Y es que, efectivamente, equipos como el Mónaco, el Milan o el Arsenal también han cerrado acuerdos con países como Congo o Ruanda en los últimos años, lo que evidencia una tendencia preocupante dentro del fútbol internacional.
Escuelas y proyectos… ¿suficientes?
El FC Barcelona ha intentado justificar la operación destacando que, a cambio del acuerdo, se llevarán a cabo proyectos sociales como la creación de escuelas de fútbol y programas de desarrollo comunitario en la República Democrática del Congo. Pero para Guasch, este argumento no es suficiente para lavar la cara de esta decisión.
“Ya nos vendieron que llevar la Supercopa a Arabia Saudí era una oportunidad para fomentar la igualdad y el cambio en un país sin derechos para las mujeres… y ya vimos lo que pasó. Esto es lo mismo: mucho envoltorio, pero poca ética”, haciendo referencia a la controvertida decisión de jugar torneos en países con carencias democráticas.
“Si lo hace el Barça, arde todo”
Uno de los puntos más comentados de la tertulia fue la doble vara de medir que, según algunos, se aplica al Barcelona en comparación con otros clubes europeos. David Sánchez apuntó que cuando es el Barça el que protagoniza este tipo de noticias, la polémica estalla: “Si lo hace el Barcelona, se monta el pollo. Pero si lo hace otro club, parece que no pasa nada”.
Las críticas a la anterior etapa de patrocinio con Qatar Foundation o Fly Emirates también salieron a relucir. En su momento, estas decisiones fueron objeto de debate por su vinculación con regímenes autoritarios y conflictos internacionales. Hoy, el club vuelve a estar en el punto de mira.
¿Un problema de valores o de supervivencia?
La pregunta de fondo sigue abierta: ¿hasta qué punto puede o debe un club como el FC Barcelona comprometer sus valores por salvar sus cuentas? ¿Dónde está el límite entre la necesidad económica y la integridad institucional? Por ahora, el acuerdo con el Congo sigue adelante, pero el debate sobre la moralidad en el fútbol de élite está muy vivo.