Este verano está siendo especialmente movido para el FC Barcelona femenino. Tras cerrar una temporada de altísimo nivel, el club ha decidido afrontar una importante reestructuración en su plantilla, centrada tanto en la salida de varias jugadoras como en nuevas incorporaciones, todo ello sin perder de vista el desarrollo del talento joven de La Masia.
Una de las claves de esta nueva etapa es la gestión de las promesas emergentes, muchas de las cuales necesitan minutos y continuidad en contextos competitivos para seguir creciendo. El Barça es consciente de que no puede dar espacio a todas en el primer equipo, pero tampoco quiere perder el control sobre su evolución.
Salidas que sorprenden, pero que tienen lógica
Algunas veteranas como Rolfö o Engen han puesto fin a su etapa como azulgranas. Otras, como Bruna Vilamala o Martina Fernández, han buscado minutos en otros destinos que les permitan relanzar sus carreras. Aunque estas salidas pueden parecer dolorosas, responden a una estrategia clara de regeneración del vestuario.

En paralelo, el Barça ha cerrado fichajes estratégicos como el de Laia Aleixandri, una incorporación de peso que refuerza el eje defensivo con experiencia internacional y una mentalidad ganadora.
Una nueva oportunidad en la NWSL
En este contexto, se ha producido una operación muy peculiar que mezcla ambición, planificación y una pizca de nostalgia. Un club de reciente creación en la National Women's Soccer League (NWSL) de Estados Unidos ha apostado por una jugadora de la casa, cuya proyección ha sido seguida durante años por el cuerpo técnico culé.
Este nuevo equipo norteamericano, que debutará en 2026, ha puesto en marcha su proyecto con nombres conocidos para el entorno barcelonista. Al frente se encuentra Domènec Guasch, una figura que desempeñó roles clave en la estructura deportiva del Barça femenino y que ahora lidera el proyecto del Boston Legacy.

Guasch no ha dudado en lanzarse a por uno de los talentos más técnicos y polivalentes que ha salido de La Masia en los últimos años. Y, aunque el fichaje se ha formalizado, el acuerdo incluye una cesión temporal que permitirá a la jugadora seguir ligada al Barça hasta final de año.
Cesión, cláusula de recompra y un salto a la élite
El contrato firmado con el club estadounidense se extiende hasta 2027, con la opción de ampliarlo una temporada más. Sin embargo, la jugadora no se incorporará de inmediato a la liga norteamericana: se quedará cedida en el FC Barcelona hasta el 31 de diciembre de 2025.
Domènec Guasch no ha escatimado elogios al explicar el motivo de esta apuesta: “Es una jugadora técnica de alta intensidad que nos ayudará en varias posiciones del medio campo, lee el juego muy bien, tiene un gran control del balón y aporta una fuerte mentalidad de equipo”.
El Boston Legacy da su primer golpe sobre la mesa en el mercado internacional. La protagonista de esta operación no es otra que Alba Caño, una de las grandes joyas de la Masia femenina, que ahora tendrá la oportunidad de brillar al otro lado del Atlántico sin cerrar definitivamente la puerta del Camp Nou.