El partido de ayer entre Real Madrid y el FC Barcelona, celebrado en el Santiago Bernabéu, pasará a la historia por la contundente victoria de los azulgrana por 0 a 4. Y no solo por eso. También lo hará por los insultos racistas dirigidos a jugadores azulgranas por parte de algunos aficionados. Inicialmente, se había informado que los insultos se dirigieron a Lamine Yamal, quien, tras marcar el 0-3 fue víctima de comentarios despreciables desde las gradas. Ahora se ha confirmado que Raphinha y Ansu Fati también fue blanco de estos ataques, a pesar de no haber jugado ni un minuto en el partido.
LaLiga, que ha estado atenta a estos incidentes, ha confirmado que Ansu Fati fue víctima de insultos racistas junto a Lamine Yamal y Raphinha. Tras verificar los reportes y revisar las grabaciones difundidas en redes sociales como TikTok, X (anteriormente Twitter) e Instagram, donde los aficionados captaron y denunciaron el comportamiento de algunos espectadores, LaLiga ha decidido tomar medidas concretas.
Denuncia ante la Policía
La organización ha presentado una denuncia ante la Policía Nacional y ha activado su canal de reporte de conductas racistas para facilitar que otras posibles víctimas o testigos puedan comunicar lo que presenciaron en el Bernabéu.
Las imágenes y grabaciones muestran a varios aficionados del Real Madrid profiriendo insultos racistas en diferentes momentos del partido. En el caso de Raphinha y Lamine Yamal, los insultos se produjeron tanto cuando se disponían a ejecutar un córner como al celebrar el gol del joven de Mataró.
Insultos graves contra los futbolistas del Barça
Entre los insultos se escuchan expresiones como “moro de mierda” y “vete al semáforo a vender pañuelos”, comentarios ofensivos y xenófobos que han suscitado una fuerte reacción de repudio en el ámbito deportivo y social. Aunque Ansu Fati no tuvo minutos en el partido, se ha confirmado que también fue objeto de insultos similares.
Para identificar a los responsables, LaLiga ha solicitado un peritaje de labios en las grabaciones disponibles, con el fin de confirmar las palabras exactas pronunciadas y sancionar adecuadamente a los autores de los insultos. El objetivo es establecer un precedente claro que ayude a erradicar el racismo en los estadios, castigando de manera ejemplar a quienes propagan el odio en lugar de apoyar a sus equipos de forma deportiva.