El Almería no sumaba ninguna victoria antes del partido ante el Barça. Con sólo cinco puntos de cincuenta y uno posibles era el peor equipo de las grandes ligas europeas y el peor del siglo XXI en la decimoctava jornada, siguiendo el camino del Sporting de Gijón de la 97-98. Pese a tener estos números el Almería logró anotar dos goles en el campo del actual campeón liguero, que ha sufrido hasta el último segundo para conservar el marcador de tres goles a dos que le daba la victoria. Con una primera parte vergonzosa, los jugadores del Barcelona se ganaron los silbidos del estadio de Montjuïc.
Durante los primeros cuarenta y cinco minutos del partido el Barça sólo chutó un golpe a portería, marcando un gol. Los mismos datos que el Almería, que con dos disparos también logró un gol. Solo el capitán Sergi Roberto demostró ganas de sudar la camiseta, el resto de jugadores no mostraron la idea de juego que quiere transmitir Xavi. Durante la segunda parte se vio un cambio de actitud con la entrada de Ferran que le dio un giro al partido. Sin embargo, la defensa siguió siendo muy inestable, concediendo otro gol que ponía el empate a dos en el marcador.
El conjunto azulgrana remató muchas más veces a portería, pero debido a la mala racha de Lewandowski, que no hizo un mal partido, los balones no superó la línea de gol. El Barça termina en el 2023 con una victoria necesaria, pero que deja un regusto agridulce, no se ha visto la idea de juego que se quiere transmitir y dos de los tres goles han llegado por saques de esquina. Esta temporada el Barça ha encajado veintiún goles, los mismos que encajó en treinta y seis jornadas la Liga 22/23.
Polémica de Raphinha
La cosa no acabó ahí ya que cuando Raphinha marcó el primer gol azulgrana, lo celebró tapándose los oídos. Una celebración que muchos han interpretado como una provocación hacia la afición que tanta paciencia esta teniendo con él. Las redes sociales arden con comentarios como: "Este es el peak del bochorno. Te pasas meses sin hacer un jodido gol, fallando acciones cantadas, y a la primera que empujas un rebote en la línea de gol le sueltas esta mierda a la afición que te anima cada partido. Vete a la mierda, puto tuercebotas". o "Voy a ser franco: el gesto de celebración del gol de Raphinha (recordemos: a nueve puntos del líder, al colista, recoge un rechace a medio metro de la portería) es de subnormal profundo".