Tras una temporada de ensueño, el Girona mantiene la esperanza de repetir la gesta para volverse a clasificar en la Champions League. El triunfo inédito de un equipo pequeño, generalmente, trae consigo una lluvia de ofertas a todos sus jugadores. Quique Cárcel, director deportivo del club catalán, ya advirtió que sería un verano con mucho movimiento.
De momento, el club gerundense ya ha anunciado 6 llegadas y 8 salidas en lo que llevamos de mercado de fichajes. El siguiente en salir, su máxima esperanza ofensiva, Artem Dovbyk. El jugador ucraniano quedó el año pasado el pichichi de LaLiga y el interés de otros clubes le ha seducido para abandonar el combinado catalán.
Un viejo conocido en Girona
Con el ariete en Roma a punto de firmar su contrato, la directiva del Girona se ha puesto manos a la obra para estudiar las opciones de fichar a un nuevo delantero. El que más ha sonado estos últimos días es un antiguo conocido. Estamos hablando ni más ni menos que Taty Castellanos.
El delantero argentino jugó hace dos temporadas bajo las órdenes de Míchel. Sus 14 goles en 37 partidos generaron el interés de muchos de los grandes clubes de Europa. El que se lo quedó finalmente fue la Lazio. Esta temporada el “9” no ha tenido tanto protagonismo como se esperaba.
Malas estadísticas en Italia
Después de 35 partidos en la liga italiana, el argentino tan solo logró anotar 4 goles y 3 asistencias. Sus números en ataque dejaron mucho que desear en el cuadro italiano. El delantero protagonizó tan solo 11 regates, un 62% de acierto en los pases y una media de 8 pérdidas de balón por partido.
Sin embargo, Míchel cree que puede volver a sacar la versión del ariete. Su gran juego de pies, junto a su perfecto movimiento entre los centrales, lo sitúan dentro de la lista del entrenador del Girona.
Su precio: 50 millones
Aun así, para hacerse con la incorporación, el conjunto catalán tendría que rascarse mucho el bolsillo. Las últimas declaraciones del director deportivo de la Lazio afirman que no vendería al delantero ni por 25 millones. Claudio Lotito, el presidente del combinado italiano, le ha puesto un precio de oro. Ni más ni menos que 50 millones.
Quique Cárcel está a la expectativa en cuanto al movimiento por el exjugador del Girona. De momento, parece que la operación llegará sin resolverse hasta los últimos días del mercado. Además, desde Cataluña no se descarta que el jugador tenga que forzar para salir.
Para el aficionado del Girona es imposible ver a Castellanos y no pensar en el póker de goles que le endosó al Real Madrid. En unos días, veremos si la directiva del Girona podrá cumplir con los deseos de Míchel.