La primera mitad de la temporada no ha resultado como la afición sevillista imaginaba. Bajo la dirección de Francisco Javier García Pimienta, el Sevilla no ha logrado imprimir un estilo de juego definido ni encadenar victorias que lo consoliden en la parte alta de la tabla. Prueba de ello es su duodécima posición en LaLiga, con tan solo 23 puntos obtenidos en 19 jornadas. Un panorama que dista mucho del ambicioso objetivo de regresar a puestos europeos.
Además, el equipo andaluz no ha mostrado tampoco la fiabilidad esperada en las competiciones continentales, en las que tradicionalmente se ha convertido en un rival temible. El propio García Pimienta se ha mostrado contrariado en las últimas comparecencias de prensa, señalando que sus pupilos necesitan “dar un paso al frente en lo anímico”. Sin embargo, las dudas han ido en aumento, y el Sánchez Pizjuán pide a gritos una reacción inmediata para no descolgarse aún más. Este contexto de incertidumbre ha generado desasosiego en la directiva, que contempla con preocupación la falta de regularidad.
Es en este escenario donde, de manera cada vez más insistente y a merced de Fichajes.net, ha surgido un nombre: el de Julen Lopetegui, un viejo conocido con un pasado reciente exitoso en el Sevilla. Tras su salida algo convulsa del club en 2022, Lopetegui puso rumbo a la Premier, primero para dirigir al Wolverhampton (2022-2023) y, más tarde, al West Ham United. Sin embargo, su último periplo en tierras inglesas terminó de forma prematura, ya que la entidad londinense optó por destituirlo antes de culminar una temporada discreta. El despido del técnico vasco ha encendido todas las alarmas en Nervión, donde su huella se dejó sentir de forma especial durante el tramo que condujo al equipo a levantar la Europa League en 2020.
Buenos recuerdos con Lopetegui
Dicha conquista le valió el reconocimiento unánime de la afición, y su nombre pasó a encarnarse en la memoria colectiva de un club que, en tiempos recientes, ha sabido sumar trofeos internacionales para adornar sus vitrinas. Ahora, con la inestable realidad que afronta el Sevilla, la opción de reconciliarse con Lopetegui ha cobrado fuerza. Según la fuente anteriormente mencionada, la directiva habría iniciado contactos informales para explorar esta vía, analizando la posibilidad de que el técnico regrese con el propósito de enderezar el rumbo.
Sería, sin duda, todo un fichaje bomba: un Lopetegui recargado y elogiado por su firmeza táctica, volviendo al banquillo donde consiguió uno de los mayores éxitos de su carrera. No obstante, el reencuentro dista de estar cerrado. Hay asperezas que limar: su marcha en 2022 no estuvo exenta de tensiones, y la vuelta requeriría un acuerdo común basado en la confianza y la claridad en el proyecto deportivo. Es decir, debería quedar claro hasta qué punto la directiva y el vestuario estarían dispuestos a darle un voto de fe de cara a impulsar una remontada que devuelva al Sevilla a la zona noble de la clasificación.
Mientras tanto, García Pimienta encara cada jornada como un ultimátum. Si los resultados no mejoran pronto, la decisión de la directiva podría inclinarse sin retorno hacia la destitución del actual entrenador. En un club acostumbrado a sobreponerse a crisis internas y a rehacerse con rapidez, la figura de Lopetegui reaparece como un salvavidas, un revulsivo que podría reactivar el estado anímico de una plantilla necesitada de un liderazgo que la lleve de nuevo a competir por cotas altas. Entre tanto, la presión va en aumento, tanto en el banquillo como en las gradas de un Sánchez Pizjuán ansioso por recobrar la ilusión. Si las próximas fechas no traen un vuelco en la dinámica, la cuenta atrás para García Pimienta podría culminar con uno de los regresos más mediáticos en la historia reciente del Sevilla.