La planificación deportiva del Club Atlético Osasuna para la próxima temporada no deja margen a las improvisaciones. El conjunto navarro, dirigido por Vicente Moreno, sabe que deberá afrontar un verano agitado en cuanto a salidas y llegadas, especialmente tras la casi segura baja de una de sus piezas más dinámicas en ataque. El jugador en cuestión ha tenido una temporada notable, contribuyendo con goles, asistencias y desequilibrio constante por banda. Pero su marcha, inevitable debido a las condiciones de su cesión, obliga al club a moverse rápido para no perder impacto ofensivo.
Un perfil difícil de sustituir
El extremo cedido ha demostrado ser mucho más que un revulsivo. Su capacidad de asociación, su velocidad y su visión de juego lo han convertido en uno de los jugadores más determinantes del sistema de Moreno. Sin embargo, al finalizar la campaña deberá regresar a su club de origen, uno de los grandes del continente. Osasuna, consciente de que será complicado volver a contar con él, ha activado desde hace semanas un plan alternativo para reforzar su ataque sin comprometer la solidez de su bloque.
No es una operación fácil. El mercado no ofrece demasiados extremos jóvenes, con experiencia en LaLiga y con margen de mejora, que estén disponibles a un precio razonable. Pero en el entorno de El Sadar ha empezado a sonar un nombre con fuerza, uno que cumple con todos esos requisitos y que podría convertirse en el relevo ideal.
Un viejo conocido del campeonato
Este jugador, de apenas 22 años, ha disputado una temporada compleja con su actual equipo, que está al borde del descenso. Pese a ello, su rendimiento individual ha sido uno de los pocos puntos positivos del curso. Ha logrado destacar con goles y asistencias, pero sobre todo por su desparpajo, su verticalidad y su atrevimiento, incluso cuando el contexto no era favorable.
Esa determinación ha llamado la atención de varios clubes de LaLiga, que no han dudado en tomar nota. Y Osasuna ha sido uno de los primeros en moverse. La dirección deportiva rojilla valora especialmente su conocimiento del campeonato español, así como su progresión, y ya habría iniciado los primeros contactos con su entorno. Sin embargo, no es el único interesado: desde Países Bajos, dos históricos como el PSV y el Ajax también han puesto los ojos en él, lo que podría encarecer la operación o acelerarla en las próximas semanas.
Una carrera por firmarlo que ya ha comenzado
El técnico Álvaro Rubio ha contado con él en la mayoría de los encuentros importantes de la temporada. Su polivalencia —puede jugar en ambas bandas—, su juventud y su margen de crecimiento lo convierten en una pieza muy cotizada. No sería extraño que su actual club intentara retenerlo en caso de una permanencia milagrosa, pero todo apunta a una salida, probablemente definitiva.
Mientras tanto, Osasuna quiere adelantarse. En los despachos del club navarro saben que si no actúan pronto, otro competidor podría cerrar su fichaje. Y Vicente Moreno, por su parte, habría dado luz verde a su llegada, siempre y cuando las condiciones económicas no comprometan otras operaciones prioritarias.
El nombre que está en boca de todos
Con todo este contexto, la incógnita se resuelve: el jugador al que Osasuna quiere como recambio de Bryan Zaragoza no es otro que Raúl Moro, extremo del Real Valladolid. Si los navarros logran hacerse con sus servicios, firmarían una de las apuestas jóvenes más prometedoras del mercado. Aunque, por ahora, el ‘caso Moro’ no ha hecho más que empezar.