Con la salida de jugadores importantes como Bryan Gil y Arnaut Danjuma, que regresan a sus clubes tras cesión, el Girona FC ha activado de nuevo la maquinaria de fichajes en busca de refuerzos ofensivos. El equipo de Míchel, que ha sorprendido en las últimas temporadas por su juego vertical y alegre, necesita nuevos extremos para mantener el nivel competitivo en la Liga.
La dirección deportiva, encabezada por Quique Cárcel, ha reactivado una operación que ya se tanteó hace menos de un año. Esta vez, no solo por necesidad táctica, sino también por una oportunidad de mercado que podría encajar perfectamente con las aspiraciones deportivas del club y del propio jugador implicado.
Un jugador con hambre y ambición
La situación es la siguiente: un joven futbolista sudamericano que ha pasado por una experiencia irregular en el fútbol europeo busca ahora una segunda oportunidad. Su deseo es claro: tener continuidad, minutos de calidad y visibilidad internacional de cara al Mundial de 2026, donde su selección será anfitriona y no se puede permitir quedarse fuera.

Los representantes del jugador han movido ficha y lo han ofrecido recientemente al Girona, confiando en que esta vez sí cuaje el interés. En su anterior intento, el equipo catalán no llegó a la fase decisiva de la negociación, pero ahora las circunstancias han cambiado: hay espacio en la plantilla, hay necesidad y hay predisposición.
Su paso por Bélgica no ha sido el esperado
El jugador fue traspasado el pasado enero desde Pumas de México al Anderlecht belga por una cantidad cercana a los dos millones de euros. En su primer semestre en Europa, ha dejado luces y sombras: tres goles, tres asistencias en 21 partidos, pero una evidente pérdida de protagonismo en la recta final del campeonato.

Pese a que el club belga sigue viéndolo como una pieza de proyección, lo cierto es que no se descarta una cesión si llega una propuesta interesante. Su entorno contempla tanto el préstamo como una venta parcial de sus derechos. Sin embargo, el contrato del futbolista con el Anderlecht se extiende por cuatro temporadas más, lo que complica cualquier salida inmediata.
Desde Bélgica se transmite cautela: no quieren desprenderse de un jugador joven sin haberle dado más tiempo para adaptarse. Pero, si el jugador insiste en su deseo de cambiar de aires para ganar minutos y visibilidad, todo dependerá de la voluntad del Girona por apostar fuerte por él.
Una pieza que podría encajar
El perfil del futbolista encaja a la perfección con lo que busca el club de Montilivi: es joven, rápido, tiene desborde y gol, y está acostumbrado a jugar en ambos costados del ataque. Además, llegaría con una motivación extra: recuperar protagonismo para asegurar su convocatoria con la selección nacional en la próxima Copa del Mundo.
El entorno del jugador considera que la liga española sería mucho más favorable a su estilo de juego que el campeonato belga, tanto por el ritmo como por la visibilidad. Y para el Girona, supondría una incorporación de bajo riesgo y alto potencial, en línea con otras apuestas exitosas recientes del club.
Y aunque por ahora solo se han dado los primeros contactos, lo cierto es que el jugador en cuestión ya ha sido ofrecido de forma directa: se trata del extremo mexicano César "Chino" Huerta.