El fichaje de Antony por el Real Betis fue el gran golpe del mercado en LaLiga, pero su desenlace pudo ser muy distinto. Durante semanas, la operación estuvo al borde del colapso por las exigencias del Manchester United y la competencia feroz de otros clubes. Entre ellos, el Al-Nassr de Arabia Saudí, donde Cristiano Ronaldo pidió expresamente la incorporación del extremo brasileño para reforzar su delantera.
Antony lo reconoció en su presentación: su única opción era volver al Betis. El jugador rechazó tanto las propuestas turcas como la saudí, a pesar de que esta última era irrechazable en lo económico. Radio Marca desveló que Cristiano Ronaldo presionó con fuerza para convencerle de vestir la camiseta del Al-Nassr, un proyecto repleto de estrellas. La idea del portugués era rodearse de futbolistas de nivel internacional en la recta final de su carrera. Tras la negativa de Antony, acabaron firmando a Kingsley Coman por 25 millones.
El brasileño, sin embargo, tenía clara su elección. En el Betis disfrutó la pasada temporada de seis meses brillantes en los que disputó 26 partidos, marcó nueve goles y repartió cinco asistencias. Su rendimiento convenció tanto a Manuel Pellegrini como a la afición, que vivió un idilio con el paulista. El jugador quiso repetir esa sensación de felicidad, algo que no encontraba en Old Trafford, donde apenas contaba para el técnico.

La operación más complicada en años
El director deportivo, Manu Fajardo, admitió la dureza de la negociación: “Ha sido el fichaje más complicado de mis quince años de carrera”. El Manchester United rechazó varias fórmulas de cesión hasta aceptar el traspaso definitivo por 22 millones de euros más variables. Antony incluso aceptó rebajarse notablemente el sueldo que percibía en Inglaterra para que el Betis pudiera inscribirlo dentro del límite salarial.
La presión de Cristiano y del Al-Nassr estuvo muy cerca de cambiar el desenlace. El entorno del portugués daba por hecho que el extremo jugaría a su lado en Arabia Saudí, y las cifras mareantes de la oferta eran imposibles de igualar en Europa. Sin embargo, Antony también pensó en clave de selección: 2026 será año de Mundial y consideraba que marcharse a la liga saudí podía restarle opciones. De hecho, su nivel en el Betis ya le permitió regresar a la convocatoria de la ‘canarinha’ en junio tras dos años de ausencia.
El Betis celebró su fichaje como una victoria estratégica. Además de reforzar la plantilla con un jugador diferencial, logró imponerse a un gigante económico como el Al-Nassr y reforzó su imagen de club capaz de atraer gran talento internacional. La afición lo recibió en el aeropuerto de Sevilla con una auténtica fiesta que confirmó la magnitud del movimiento.
Antony firma hasta 2030 y será la referencia ofensiva de Pellegrini en una temporada en la que el Betis apunta alto. La sombra de Cristiano Ronaldo quedó atrás: el brasileño eligió Heliópolis, un proyecto competitivo y una ciudad en la que se siente feliz.

