Un hombre en primer plano señala hacia adelante mientras al fondo se ve a un joven con gafas de sol y una medalla, sosteniendo un trofeo.

El madridismo implosiona por una pregunta de 'El Chiringuito' sobre Lamine Yamal

Hace la pregunta en redes justo después de que el Barça se haya coronado campeón de liga en Cornellà

La noche del 15 de mayo de 2025 pasará a la historia del barcelonismo. El FC Barcelona selló su título de Liga número 28 en el estadio del eterno rival local, el RCDE Stadium, con un triunfo sobrio pero cargado de simbolismo. Fue Lamine Yamal, con apenas 17 años, el encargado de abrir el marcador con un zurdazo letal que se clavó en la escuadra y que desató una celebración azulgrana con sabor doble: título asegurado y victoria en Cornellà.

Un derbi caliente dentro y fuera del campo

El Espanyol, luchando por la permanencia, recibió al Barça con la urgencia de quien se juega la vida. Y durante buena parte del primer tiempo, los de Manolo González plantaron cara a los de Flick. Pero el talento emergente del Barça acabó imponiéndose. Lamine primero, Fermín después, sellaron el 0-2 definitivo que desató la euforia en el banquillo culé.

Mientras tanto, fuera del terreno de juego, se vivía otro derbi: el mediático. La prensa madridista se debatía entre la incredulidad, la resignación y el intento de desprestigio. Uno de los momentos más delicados de la noche fue la expulsión de Cabrera por un codazo a Lamine. 

Lamine Yamal y el plató de El Chiringuito
Lamine Yamal y el plató del Chiringuito | XCatalunya, Canva

Lamine Yamal: de promesa a fenómeno

Pero la imagen que ha dado la vuelta al mundo no es la de la roja a Cabrera, ni siquiera la celebración de Flick. Es la de un chico de 17 años corriendo hacia la banda, señalando el escudo del Barça tras marcar un gol que vale una Liga. Lamine Yamal no solo anotó. Se echó el equipo a la espalda. Controló, encaró, remató, lideró. Se mostró como un futbolista de presente, no solo de futuro.

El fenómeno Lamine ha estallado con una fuerza inesperada. Su madurez sobre el césped, su carácter competitivo, su frialdad en los momentos decisivos… todo ello ha empezado a generar comparaciones que hasta hace poco parecían impensables. Y con esa sensación en el ambiente, llegó el tuit que agitó las redes sociales como una bomba de racimo.

Desde la cuenta oficial de El Chiringuito de Jugones, en plena euforia por la Liga culé, apareció una publicación que encendió el debate y provocó una reacción en cadena en todo el ecosistema madridista. Una pregunta simple, directa y con un tono provocador que hizo hervir X (antes Twitter):

Balón de Oro a Lamine Yamal: SÍ o NO?

El tuit, lanzado sin contexto adicional, provocó una auténtica implosión digital. En cuestión de minutos, los comentarios se contaban por miles. Desde los que tachaban la pregunta de “despropósito” o “broma de mal gusto”, hasta los que, con cifras y argumentos, defendían que el joven azulgrana ya está entre los mejores del planeta.

Las respuestas se polarizaron. Algunos madridistas atacaban la idea con sarcasmo e indignación, recordando que Lamine “solo tiene una temporada” o que “no ha ganado una Champions”. Otros, sin embargo, empezaban a ceder: “Con 17 años ha sido el jugador más decisivo de una Liga”, decían algunos. “Si sigue así, en un año no será tan descabellado”, apuntaban otros.

El Balón de Oro no es la pregunta, sino el síntoma

En realidad, más allá del premio en sí, lo que desató el temblor no fue el galardón, sino el hecho de que esa pregunta ya se formule en serio. Que se ponga a Lamine Yamal en la conversación. Que se le compare con nombres como Bellingham, Mbappé o Vinícius. Que se hable de él como el futuro número uno.

Eso es lo que duele en Madrid. No el tuit, sino la posibilidad de que sea verdad. Porque lo que ocurrió anoche no fue solo la victoria del Barça ni la consagración de Lamine. Fue el inicio de una era. Y muchos lo saben… aunque no lo quieran reconocer.