La conquista del título liguero por parte del FC Barcelona ha generado todo tipo de reacciones en el mundo del fútbol. Pero si hay una voz que nunca pasa desapercibida, esa es la del periodista Tomás Roncero. Conocido por su ferviente madridismo y polémicas intervenciones, esta vez ha ido más allá con un mensaje contundente que ha incendiado las redes sociales.
Roncero estalla tras el triunfo culé
Nada más confirmarse que el Barça era el campeón de LaLiga 2024/25, Tomás Roncero acudió a su cuenta oficial de Twitter para mostrar su descontento de una manera tajante y radical: «No pienso felicitar una sola Liga del Barça hasta que la Justicia deje claro que durante 17 años los títulos culés estuvieron contaminados por el escándalo del Caso Negreira. No soy un fariseo. Sus triunfos están manchados con 8,4 millones de euros. Inadmisible y repugnante».
Las palabras de Roncero, conocidas por su estilo directo y sin tapujos, rápidamente se convirtieron en uno de los temas más comentados, tanto entre seguidores blaugranas como madridistas. Su mensaje no solo reabre heridas sobre un escándalo todavía pendiente de resolución judicial, sino que refleja la frustración de parte del madridismo ante el éxito de su eterno rival.

El polémico Caso Negreira, de fondo
La razón de la indignación de Roncero está relacionada con el llamado Caso Negreira, el escándalo en el que el Barça está acusado de haber pagado presuntamente durante casi dos décadas más de 8 millones de euros al entonces vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, José María Enríquez Negreira, por supuestos informes arbitrales y asesoramiento.
A día de hoy, este tema sigue abierto y en investigación por parte de la justicia española. A pesar de que el club blaugrana sostiene su inocencia, la polémica sigue viva, especialmente por la presión de ciertos sectores del madridismo y del entorno mediático de la capital, que denuncian una supuesta contaminación arbitral.
Arbitraje polémico en el RCDE Stadium
La tensión en torno al arbitraje volvió a surgir con fuerza precisamente ayer, durante el encuentro en el que el Barça derrotó al Espanyol en el RCDE Stadium. Aunque el equipo de Hansi Flick terminó imponiéndose por 0-2 gracias a los goles de Lamine Yamal y Fermín López, los aficionados pericos mostraron una gran indignación por algunas decisiones arbitrales consideradas injustas.
Una de las jugadas más polémicas fue la expulsión de Leandro Cabrera, defensa central del Espanyol, por una supuesta agresión a Lamine Yamal. Los seguidores blanquiazules consideraron la acción demasiado rigurosa y señalaron al árbitro principal, Soto Grado, y al VAR, dirigido por Iglesias Villanueva, como responsables directos del perjuicio sufrido.
Esta decisión caldeó aún más el ambiente en Cornellà, donde los aficionados locales comenzaron a corear con ironía e indignación el clásico cántico "árbitro culé", habitual cada vez que sienten que se les perjudica desde el estamento arbitral.
De hecho, tras la conclusión del encuentro, Hansi Flick decidió mandar rápidamente a sus jugadores al vestuario para evitar incidentes mayores, consciente de lo sucedido hace apenas dos temporadas, cuando varios aficionados radicales del Espanyol saltaron al césped en respuesta a una celebración blaugrana.