A las puertas de un mercado que promete movimientos intensos, el Espanyol se mueve con rapidez para construir un equipo competitivo de cara al nuevo curso en LaLiga. Con el objetivo de consolidar su presencia en Primera División y no volver a sufrir como este año, el club blanquiazul ha iniciado su planificación deportiva con paso firme. En los primeros compases del verano, Fran Garagarza ya ha cerrado cinco incorporaciones, pero el trabajo no ha terminado. La zaga sigue siendo una de las prioridades, sobre todo después de las salidas de Sergi Gómez y Kumbulla, y en este contexto, un viejo conocido del fútbol catalán ha emergido como una opción prioritaria.
El perfil ideal para reforzar la zaga
Formado en parte en la cantera del Barça, Mika Mármol representa ese tipo de jugador que combina juventud, calidad técnica y conocimiento del entorno. Nacido en Terrassa, el central zurdo pasó por clubs como la Damm y el Jabac Terrassa antes de dar el salto a La Masia, donde vivió dos etapas diferentes. En la última, entre 2018 y 2022, llegó a consolidarse en el filial azulgrana, lo que le permitió dar el salto al fútbol profesional. Desde entonces, su progresión ha sido constante, primero en el FC Andorra y luego en la UD Las Palmas, donde ha conseguido asentarse como un fijo en las alineaciones.
El estilo de Mármol encaja con lo que busca el Espanyol: un defensa solvente, con buen pie para iniciar la jugada desde atrás y que, además, entiende la cultura futbolística catalana. Su incorporación permitiría al equipo reforzar una posición debilitada tras las últimas salidas, y al mismo tiempo, añadir un perfil zurdo que puede actuar tanto de central como de lateral izquierdo. Su polivalencia es vista como un valor añadido por parte del cuerpo técnico blanquiazul.

Obstáculos económicos y cláusula elevada
El interés del Espanyol por Mármol no es nuevo, pero ahora se ha intensificado. Sin embargo, la operación está lejos de ser sencilla, según han informado desde el MARCA. El jugador tiene una cláusula de rescisión de diez millones de euros, una cifra considerable para la economía perica. A esto se le suma un factor clave: el FC Barcelona conserva el 50 % de los derechos económicos del futbolista, lo que convierte cualquier operación en una cuestión aún más compleja desde el punto de vista financiero.
El presidente de Las Palmas, Miguel Ángel Ramírez, fue claro hace unos días: no se rebajará ni un euro del precio marcado, y si nadie deposita la cláusula, Mármol seguirá en la isla la próxima temporada.
A pesar de esa postura firme por parte del club canario, el entorno del jugador estaría presionando para facilitar una salida, alegando que su contrato termina en 2026 y que, por tanto, en apenas un año podría entrar en su último curso. El Espanyol confía en que este factor pueda hacer cambiar la postura de Las Palmas y así rebajar el precio del traspaso. La voluntad del jugador, que vería con buenos ojos volver a casa, también juega a favor del conjunto catalán.

Más allá del aspecto puramente deportivo, el fichaje de Mika Mármol supondría un guiño emocional tanto para la afición como para el propio jugador. Volver a Catalunya, donde se formó y dio sus primeros pasos, podría ser un aliciente para que el central apueste por el proyecto del Espanyol, un club que busca recuperar su estabilidad en la élite del fútbol español. Además, contar con un jugador de perfil nacional, con experiencia en la categoría y margen de crecimiento, encaja con la estrategia que está marcando Garagarza en este mercado.
Con cinco refuerzos ya cerrados, el club quiere asegurarse de que cada incorporación tenga un peso específico. Mármol sería algo más que un fichaje: sería una apuesta por el talento joven, con proyección, y por una identidad que conecte con la afición perica. Eso sí, hay otros clubes con mayor potencial económico, como el Como, que también están plateándose su fichaje.