En Vigo se respira una atmósfera muy distinta a la de años anteriores. El Celta, tras una temporada para el recuerdo, ha logrado por fin el billete para la Europa League. El salto de nivel es incuestionable y, con él, la exigencia en el vestuario y en los despachos crece a cada hora que pasa. El club lo sabe: la plantilla debe reforzarse para competir en competición continental y evitar cualquier susto que empañe un momento tan ilusionante.
Dentro del vestuario, Iago Aspas sigue siendo el rostro y el corazón del equipo. Pero en los últimos mercados ha demostrado que también es un recurso de valor fuera del campo. Su intervención directa fue determinante en la llegada de Marcos Alonso, gestionando personalmente los primeros contactos y suavizando cualquier duda que pudiera frenar el acuerdo.
Ahora, con el mercado de verano abierto y la necesidad de sumar experiencia, el club ha vuelto a poner la mira en perfiles de gran recorrido. La directiva busca no solo calidad sobre el césped, sino también capacidad de liderazgo para guiar a los jóvenes talentos que han impulsado al equipo en el último año. En este sentido, Aspas, que mantiene buena relación con varios futbolistas del panorama nacional, vuelve a estar muy presente en las conversaciones de fichajes, especialmente en aquellas operaciones que requieren confianza y un enfoque cercano.

Una plantilla renovada para la Europa League
El reto de la Europa League ha obligado al Celta a acelerar los movimientos. Tres incorporaciones ya son oficiales: Ilaix Moriba, un centrocampista de potencia física y juventud que ya estuvo cedido el pasado curso; Ferran Jutglà, delantero polivalente que aporta verticalidad y pegada; y el portero rumano Ionut Radu, garantía bajo palos en una temporada que será de máxima exigencia. Todos ellos llegan con la misión de dar profundidad y competencia interna a un grupo que ha demostrado talento, pero que ahora debe medirse contra grandes equipos de Europa.
Pero el club no se conforma. El perfil de César Azpilicueta encajaría a la perfección en un proyecto que necesita jerarquía en defensa y experiencia internacional. La dirección deportiva estudia la operación, según SuperDeporte, y Aspas podría tener guardado un papel fundamental en la negociación, como ya ocurrió con otras llegadas recientes. La conexión de vestuario y el peso de la palabra de un capitán como el moañés pueden ser determinantes para convencer a jugadores con muchas alternativas en el mercado.
De hecho, en una entrevista de hace unas semanas habló sobre ello: "Por ahora no lo he llamado, pero tengo su número de cuando coincidimos en la Selección. Es un buen tío y eso es importante para nosotros como grupo. No sé si es el que vamos a fichar, pero es el tipo de perfil que nos viene bien con toda la gente joven que hay".