La caída de Dani Olmo y Pau Víctor de la convocatoria, a pesar de la cautelar concedida por el CSD, dejaba un escenario propicio para que Ansu Fati sumara minutos en la semifinal de la Supercopa de España ante el Athletic Club. Sin embargo, Hansi Flick decidió, de forma sorprendente, dejar en la grada a un futbolista que, al menos sobre el papel, podía haber aprovechado la ausencia de dos atacantes para reivindicarse. El técnico del Barça evidenció así la escasa confianza que tiene en Ansu, quien se encuentra con un futuro cada vez más incierto en el Camp Nou.
Con 8 participaciones oficiales en lo que va de curso (4 en LaLiga, 2 en la Copa del Rey y 3 en la Champions League, acumulando apenas 186 minutos en total), Ansu se ha convertido en uno de los futbolistas con menos protagonismo en el primer equipo, solo por encima de Ronald Araujo y Andreas Christensen —ambos han sufrido lesiones de larga duración— y del cuarto portero, Ander Astralaga. Según las estadísticas globales del canterano con la elástica azulgrana, 120 partidos, 29 goles y 9 asistencias, su rendimiento en las dos últimas campañas ha bajado en picado, en buena parte por culpa de las lesiones que han lastrado su progresión.
El atacante guineano-español, de 22 años, firmó su último contrato en octubre de 2021, quedando vinculado al Barça hasta el 30 de junio de 2027. Aunque se le consideraba uno de los talentos llamados a marcar una época, su valor de mercado ha experimentado una caída notable: de los 80 millones de euros que alcanzó en octubre de 2020, se sitúa ahora en 10 millones, según la última revisión (27 de diciembre de 2024). Al margen de su potencial, en el seno de la directiva se plantean si su permanencia en el equipo, sin casi participación, compensa la elevada masa salarial que supone.
Un escenario que reaviva las opciones de salida
Su suplencia total en la semifinal de la Supercopa confirma que no entra en los planes inmediatos del entrenador y, según Mundo Deportivo, su entorno empezaría a barajar la opción de una nueva cesión o incluso un traspaso.
En caso de apostar por la cesión, se ha rumoreado que el Sevilla sigue interesado. No en vano, los hispalenses intentaron su llegada tanto antes de la cesión al Brighton como este mismo verano, sin éxito. A pesar de que las relaciones entre ambos clubes no pasan por su mejor momento —debido a la postura del Sevilla en el ‘caso Olmo & Pau Víctor’—, el Barça estaría abierto a escuchar la petición del jugador si decide marcharse a buscar minutos a un club de Primera.
Por lo pronto, la intención de la directiva culé, encabezada por Joan Laporta y Deco, es clara: o Ansu se gana la confianza de Flick a base de trabajo y paciencia, o deberá considerar seriamente una salida en este mercado de invierno. El margen de maniobra del club para inscribir refuerzos y ajustar cuentas es muy escaso, lo que añade presión para liberar algún sueldo elevado. Ansu, con contrato hasta 2027, figura entre los activos con más cartel, aunque su valor ha caído, y el Barça preferiría una cesión a un destino que le garantice los minutos que no está teniendo.