Con la temporada 2025/26 en el horizonte, el FC Barcelona se prepara para acometer nuevos fichajes que refuercen una plantilla joven, ilusionante… pero aún incompleta. Tras los avances en defensa y centro del campo, la atención se centra ahora en el frente de ataque, especialmente en las bandas, donde el club quiere añadir más dinamismo y desequilibrio.
Y en este contexto, una figura clave del vestuario culé ha tomado la iniciativa. Lamine Yamal, a sus 17 años, no solo deslumbra en cada partido, sino que ya empieza a marcar influencia en las decisiones del club. Su proyección, personalidad y rol creciente en el equipo le han dado voz. Y no piensa desaprovecharla.
Una voz que empieza a pesar dentro del vestuario
Según fuentes próximas al club, Lamine ha expresado de forma directa cuál es su preferencia personal para el próximo gran fichaje del Barça. Considera que el equipo necesita un jugador específico para el extremo izquierdo. Alguien rápido, con desborde, juventud, energía y, sobre todo, con capacidad para asociarse con él de manera natural.

Además de valorar a futbolistas como Marcus Rashford o Luis Díaz, ambos vinculados al club en los últimos meses, Lamine ha señalado que tiene una conexión especial con un jugador concreto, con quien ha compartido vestuario en la selección y que considera ideal para el estilo del Barça.
El perfil ideal: velocidad, talento y química
Lo que busca Lamine no es solo un nombre. Busca un perfil. Un extremo capaz de abrir el campo, generar peligro constante y entender su juego. Un socio dentro y fuera del terreno. La clave, según quienes conocen sus preferencias, es la química futbolística que ambos ya han demostrado en partidos internacionales.

Esta conexión ha llamado también la atención de Gavi, Alejandro Balde y otros compañeros que han coincidido con el jugador deseado por Lamine. Todos ellos ven con buenos ojos una incorporación que aportaría verticalidad, gol, juventud y, sobre todo, hambre de títulos.
El Barça, con la calculadora en la mano
Desde los despachos del Camp Nou se reconoce que ese perfil gusta. Pero también se insiste en que la situación económica del club sigue siendo delicada, y que cualquier operación relevante exige movimientos previos en forma de ventas, salidas o cesiones.
A pesar de eso, no se descarta nada. La cláusula del jugador en cuestión no es inasumible, aunque tampoco barata. La voluntad del futbolista también será determinante. Y el empuje interno que supone la presión de una estrella emergente como Lamine puede terminar inclinando la balanza.
En paralelo, el club está priorizando entradas muy puntuales, donde el encaje táctico sea tan importante como la viabilidad financiera. El nombre está sobre la mesa, y Laporta y Deco son plenamente conscientes de ello.
Desde el norte, el club propietario del futbolista observa la situación con serenidad. Saben que tienen una joya en sus manos, pero también que si alguien paga la cláusula, no podrán hacer nada para retenerlo. Aun así, el mensaje desde la directiva es claro: no hay voluntad de negociar por debajo de lo estipulado.
El nombre que quiere Lamine Yamal
Con todo esto, la pregunta es inevitable: ¿quién es el jugador por el que Lamine Yamal ha decidido mover ficha? La respuesta es clara, aunque el club aún no ha hecho movimientos oficiales: Nico Williams.
El extremo del Athletic Club es, para Lamine, el fichaje perfecto. Compañeros en la selección, amigos fuera del campo y socios naturales sobre el césped, la conexión entre ambos ya ha dado frutos en La Roja. Ahora, el canterano azulgrana quiere llevar esa sociedad al Camp Nou. Y lo tiene tan claro…