Artem Dovbyk está a punto de romper un techo que hacía 16 años que resiste a las diversas tentativas. Ningún jugador que no juegue en Barça, Real Madrid o Atlético de Madrid ha conseguido establecerse como el Pichichi de LaLiga desde 2008. En aquella ocasión lo hizo Dani Güiza con el Mallorca.
El ariete ucraniano ha mantenido un nivel extraordinario desde el comienzo del curso y en la actualidad cosecha ya 19 goles en 31 partidos de LaLiga, más que ningún otro ariete. Con todo, aunque hace apenas un año era un futbolista desconocido por la comunidad futbolera, ahora se ha convertido en un objetivo de mercado para varios equipos. Y aunque su contrato con el Girona no se termine hasta 2028, su continuidad en Montilivi se augura, a estas horas, incierta.
Sobre todo, después de que en los últimos días se haya sabido que hay un equipo de primerísimo nivel dispuesto a desembolsar una enorme cantidad de dinero por él. No es otro que el Nápoles, quien, según el medio Il Mattino, ofrecerá unos 50 millones al equipo catalán.
Artem Dovbyk como reemplazo de Victor Osimhen
El club ser sur de Italia deberá buscar este verano sí o sí a un delantero; así lo provoca la inminente salida de su '9' actual. El nigeriano de 25 años cambiará el azul celeste del Nápoles por el de un equipo de mayor entidad en los próximos meses. Por tanto, la demarcación de ariete quedará huérfana en el elenco napolitano.
Son varios los nombres que contemplan desde la dirección deportiva, pero el que más enteros ha ganado es el de Artem Dovbyk. El ucraniano ha sumado este curso más tantos que el nigeriano y agrada enormemente a los directivos del Nápoles. Para asegurarse que su fichaje termine produciéndose, están dispuestos a llegar a la cifra de 50 'kilos'.
Es una oferta suculenta tanto para el Girona, al que no le vendría nada mal ingresar esa cantidad, como para el jugador, que daría un paso adelante en su carrera. Sin embargo, hay un aspecto que hace dudar a Artem Dovbky. La temporada del Nápoles ha sido realmente sombría y ni siquiera se han logrado clasificar para competición europea.
En cambio, en Girona podrá jugar, salvo catástrofe improbable de última hora, la Champions League. Lo que es evidente es que el futuro de Artem Dovbyk se presenta como uno de los grandes culebrones del próximo verano.