La espera por el regreso del Barça al Camp Nou se está haciendo más larga de lo previsto. La ilusión inicial de los aficionados por volver a casa en septiembre se ha transformado en preocupación, ya que las obras no avanzan al ritmo esperado y el calendario aprieta. El choque frente al Valencia, previsto para mediados de septiembre, se ha convertido en un rompecabezas para el club y para las instituciones implicadas.
El gran obstáculo: el certificado de final de obra
Helena Condis ha desvelado en El Partidazo de COPE que el club aún no tiene el certificado de final de obra, requisito imprescindible para obtener la licencia de primera ocupación. Sin este documento, los aficionados no pueden acceder al estadio. El problema es que nadie quiere firmar mientras persistan deficiencias de seguridad que podrían acarrear consecuencias penales.
La previsión del Barça era reabrir el Camp Nou parcialmente, con un aforo reducido a 27.000 espectadores repartidos entre la tribuna y un gol. Sin embargo, esas zonas todavía presentan accesos precarios y restos de escombros, lo que hace inviable garantizar la seguridad en este momento.

Montjuïc, descartado por un concierto internacional
El plan alternativo pasaba por Montjuïc, donde el Barça ha jugado en los últimos meses como local. Pero ese mismo fin de semana está previsto un concierto de Post Malone, lo que impide su utilización. La coincidencia de fechas ha dejado al club sin su principal baza y ha obligado a explorar otras alternativas.
En la ciudad ya circula con fuerza la posibilidad de trasladar el partido contra el Valencia a Montilivi, según ha informado de nuevo Helena Condis. El Girona juega ese fin de semana en Balaídos, lo que dejaría disponible el estadio rojiblanco. No obstante, el Barça no ha solicitado todavía esta opción porque sigue intentando agotar las posibilidades de reabrir su propio campo.
Una vuelta más complicada de lo previsto
El proyecto de remodelación del Camp Nou ha sido uno de los ejes de la directiva en los últimos años, pero la magnitud de las obras está generando retrasos constantes. La previsión inicial hablaba de un regreso escalonado durante la temporada 2025/26, pero lo cierto es que cada contratiempo aleja esa fecha.
l Barça quería que el partido frente al Valencia fuera la primera gran fiesta de reapertura, justo antes del inicio de la Champions League. Sin embargo, las trabas técnicas y burocráticas amenazan con convertirlo en un nuevo quebradero de cabeza.
Un escenario abierto a contrarreloj
El tiempo juega en contra. Queda menos de un mes y las instituciones no ven posible acelerar los trámites si no se solucionan antes los problemas de seguridad. La afición, mientras tanto, sigue pendiente de un anuncio definitivo que aclare dónde se disputará el primer gran partido de la temporada en casa.
Lo que parece claro es que el regreso al Camp Nou no será tan inmediato como se prometía. Y mientras la plantilla se prepara en lo deportivo, el club libra su propio partido fuera del césped. No es otro que conseguir que el nuevo estadio pueda abrir sus puertas lo antes posible sin poner en riesgo la seguridad de nadie.