Lo que parecía una jugada maestra para reforzar el ataque culé se está convirtiendo en una operación con aroma a fiasco. El FC Barcelona soñaba con anunciar la incorporación de Nico Williams antes de cerrar la primera semana de julio, pero la realidad es muy distinta: el fichaje está atascado, las dudas crecen y los anti-Barça ya empiezan a sonreír.
El diario Marca, con su habitual sintonía con la capital, ha aprovechado la ocasión para alimentar la esperanza de quienes desean ver al Barça fallar. “El club no encuentra fórmulas para desbloquear la situación”, titulaban ayer. El mensaje entre líneas es claro: el optimismo azulgrana se desinfla.
Un fichaje en terreno pantanoso
La cláusula de rescisión no era el mayor problema; lo verdaderamente complicado era cuadrar las cuentas. El Barça necesita espacio en su masa salarial para inscribir nuevos fichajes, y Nico quiere garantías por escrito: no quiere pasar lo que vivieron jugadores como Marcos Alonso o Iñigo Martínez, que esperaron durante semanas su inscripción.

Las exigencias del extremo del Athletic no son un capricho. Nico quiere sentirse seguro antes de comprometerse, y eso ha puesto a los despachos del Camp Nou en una situación límite. Si no hay garantías firmes, no hay firma. Y mientras tanto, otros clubes europeos observan con atención, preparados para pescar en río revuelto.
El eco mediático y la presión de la afición
La operación Nico Williams se ha convertido en una bola de nieve. Cada día sin acuerdo alimenta el escepticismo entre la afición culé y da alas al relato de la impotencia económica del Barça. Los medios más afines al madridismo no han dejado pasar la ocasión, presentando el caso como una nueva prueba de la crisis institucional del club catalán.

En este clima, la figura del presidente Joan Laporta vuelve a estar en el punto de mira. Prometió fichajes “ilusionantes” y una plantilla que volviera a competir en Europa, pero las dificultades económicas siguen marcando los límites. La operación Nico, que parecía sencilla sobre el papel, está mostrando las costuras del proyecto actual.
Las dudas de Nico y la sombra del verano pasado
No es la primera vez que el Barça tropieza con los mismos obstáculos. El verano pasado, varios acuerdos verbales se deshicieron a última hora por problemas con el fair play financiero. Nico y su entorno conocen bien ese historial y no están dispuestos a correr el mismo riesgo. Por eso exigen garantías legales antes de estampar su firma.
La situación se complica además por la actitud del Athletic, que no está dispuesto a negociar ningún tipo de rebaja. El club vasco se remite a la cláusula y no cede ni un milímetro. Mientras tanto, los aficionados rojiblancos viven la situación con mezcla de resignación y orgullo.
Una operación que se enfría por momentos
A estas alturas, en la dirección deportiva del Barça ya no se respira el mismo entusiasmo. La prudencia se ha impuesto y las filtraciones han disminuido. La consigna ahora es no forzar los tiempos ni generar expectativas que no se puedan cumplir. Pero el mercado no espera, y cada día sin noticias juega en contra del Barça.
Por eso no sorprende que algunos sectores del madridismo y del anti-barcelonismo celebren este “atasco” como una victoria simbólica. Marca lo sabe, y por eso lo amplifica. El Barça, que había hecho del fichaje de Nico Williams una cuestión de estado, ahora duda si podrá cerrar una de las operaciones más esperadas del verano.
Y así, el nombre que ilusionaba al barcelonismo, hoy se convierte en un dolor de cabeza: Nico Williams.