El Real Madrid ha vivido una de sus noches más negras en los últimos años. En una semifinal del Mundial de Clubes que prometía épica, el conjunto blanco fue arrasado por un PSG descomunal, liderado por un Luis Enrique que ha construido una auténtica apisonadora. El marcador final, 4-0, deja pocas dudas: fue un repaso en toda regla.
Sin embargo, en medio del desastre, siempre hay quienes buscan una luz. Tomás Roncero, eterno defensor del madridismo en las buenas y, sobre todo, en las malas, ha querido aferrarse a lo poco positivo que dejó la debacle del MetLife Stadium. Lo ha hecho como mejor sabe: en Twitter, con un mensaje tan esperanzador como resignado.
“Al menos una buena noticia. Han vuelto Carvajal y Militao, el 50% de la defensa campeona de Europa. Los necesitamos”, escribía el periodista de AS en su cuenta oficial, intentando levantar el ánimo tras el golpe. La vuelta de dos pilares defensivos se presenta ahora como el único consuelo posible para una afición que no sabe si llorar, enfadarse o ambas cosas a la vez.

Una semifinal para el olvido
La semifinal contra el PSG fue un cúmulo de errores y despropósitos. Todo empezó a torcerse desde la expulsión de Huijsen en el partido anterior frente al Borussia Dortmund. Su ausencia dejó al Madrid cojo. Pero lo peor estaba por venir: a los pocos minutos de iniciar el partido, Asencio cometía un fallo de juvenil que regalaba el primer gol a Fabián.
Minutos después, Rüdiger haría otro regalo que Dembélé no desaprovechó. Con apenas diez minutos jugados, el Madrid ya perdía 2-0. La avalancha parisina fue incontrolable, con un PSG presionando como una manada de lobos y un equipo de Xabi Alonso totalmente superado. Ni el sistema, ni la actitud, ni los cambios funcionaron.

Xabi, señalado
Sin su defensa titular y sin Trent Alexander-Arnold, que se cayó de la convocatoria en el último momento, Xabi improvisó una zaga que no dio la talla. Renunció a la defensa de tres que tan bien le ha funcionado y apostó por un 4-3-3 que no aguantó ni un asalto. El plan se vino abajo y el PSG, sin perdón, hizo sangre.
Ni Vinicius ni Bellingham aparecieron. El brasileño, incluso, fue sustituido a falta de 25 minutos, algo que muchos interpretaron como un toque de atención del entrenador. Courtois salvó al equipo de una goleada aún mayor, y Valverde, como siempre, tiró de casta. Pero fueron excepciones dentro del caos.
Luis Enrique, arquitecto del campeón
Mientras tanto, el PSG de Luis Enrique maravilla al mundo. Sin grandes nombres mediáticos pero con un colectivo perfectamente engrasado, el técnico asturiano ha creado un equipo que recuerda al mejor Barça de Guardiola o al City de Pep. Dominio, presión, velocidad, verticalidad... Lo tiene todo.
Como si el dolor no fuera suficiente, el partido sirvió también como despedida para dos leyendas del Madrid: Luka Modric y Lucas Vázquez. El croata, posiblemente el mejor centrocampista de la historia blanca, se marcha sin foto levantando este trofeo, pero con una carrera inolvidable. Lucas, por su parte, recibió el homenaje merecido en forma de minutos y aplausos.
Una derrota que deja huella
La derrota duele. No solo por el resultado, sino por la sensación de que el Madrid está lejos del nivel que exige la élite. Xabi tiene mucho trabajo por delante. El club necesita reforzarse, redefinir su sistema y recuperar a sus figuras. La mili no ha acabado, como bien titula Marca. Apenas ha empezado.
Y mientras tanto, Tomás Roncero, con la camiseta puesta, sigue firme: “Han vuelto Carvajal y Militao. Los necesitamos.” Un mensaje que es más una súplica que una celebración.