El Celta de Vigo se ha movido con celeridad en el mercado de invierno, siendo consciente de que Óscar Mingueza podría abandonar el club en breve. El canterano del Barça, a sus 24 años, es uno de los jugadores más cotizados de la plantilla, y tanto la Premier League como la Bundesliga, con el RB Leipzig a la cabeza, han mostrado interés en abonar su cláusula de rescisión. Pese a que la entidad viguesa desearía mantener al defensor, lo cierto es que están preparados para la contingencia de que se marche. De hecho, según Relevo, Claudio Giráldez ya ha transmitido a la secretaría técnica el nombre de su sustituto predilecto: Carlos Vicente, estrella del Deportivo Alavés.
La posición del club vigués es clara: en caso de perder a Mingueza, necesitan un recambio que ofrezca rendimiento inmediato y que posea cierta versatilidad para adaptarse tanto al lateral como a un carril más adelantado. La secretaria técnica, con Marco Garcés a la cabeza, valora especialmente el perfil de Carlos Vicente, un jugador que ha experimentado un notable ascenso en su carrera desde que se incorporó al Alavés en el pasado mercado de verano, a cambio de 600.000 euros al Racing de Ferrol. Aunque el Celta ya valoró ficharlo hace un año, las dudas de Luis Campos y Rafa Benítez frenaron aquella operación y permitieron que fuera el conjunto babazorro quien se hiciera con sus servicios.
El extremo aragonés, de 25 años, ha destacado esta temporada acumulando 18 encuentros, con 3 goles y 2 asistencias, compartidos entre LaLiga (17 partidos) y la Copa del Rey (1 partido). Su valor de mercado actual, según la última revisión, se ubica en 8 millones de euros, muy superior a los 600.000 que se pagaron por él hace apenas un año. El Alavés, que se ubica en la zona media de la clasificación de LaLiga, considera a Carlos Vicente una pieza esencial en el esquema y, por tanto, no le dejará marchar fácilmente.
Cervi podría entrar en la operación
Para el Celta, la situación contractual de Mingueza —también con una cláusula de 20 millones— se antoja fundamental a la hora de realizar un movimiento de peso. La mitad de esa cifra correspondería al Barça, por lo que la entidad olívica no se embolsaría la totalidad de una hipotética venta. Ante ese escenario, la opción de invertir unos 5 millones para hacerse con Carlos Vicente ha tomado fuerza. La posibilidad de incluir a Franco Cervi como moneda de cambio también se baraja, pues el argentino no entra en los planes de Giráldez y agrada al Alavés, donde Eduardo Coudet conoce de sobra el potencial del mediapunta.
La polivalencia de Carlos Vicente encaja a la perfección con lo que busca el Celta: un futbolista que pueda ejercer de carrilero o lateral derecho, pero con tendencia ofensiva, tal y como venía ofreciendo Mingueza. Su rápida adaptación en el Alavés —ha desempeñado roles de extremo, interior e incluso lateral— refleja la facilidad que tiene para acoplarse a distintos esquemas, lo cual es clave para un Celta que, además de competir en LaLiga, aspira a retomar el vuelo tras un arranque de temporada plagado de altibajos y cambios en el banquillo.
De momento, no hay oferta oficial por Mingueza, ni del Leipzig ni de ningún otro club, pero la ofensiva podría llegar en cualquier momento. El zaguero ha sido uno de los fijos para Giráldez y su salida implicaría una remodelación del once. Carlos Vicente sería la principal apuesta para cubrir ese hueco, dado que su perfil cumple los requisitos que ansía el técnico, sumado al bagaje que el aragonés atesora en Segunda División y su rápida adaptación a Primera.
La directiva celeste, que ya oficializó el fichaje de Jones El-Abdellaoui y ultima varias operaciones de salida (casos de Joseph Aidoo y Jonathan Bamba, además de Tadeo Allende en dirección al Inter de Miami), se enfrenta ahora a un capítulo clave: mantener a Mingueza o, en su defecto, traspasarlo por una cantidad que permita lanzar una acometida definitiva sobre Carlos Vicente. Sea cual sea el desenlace, lo cierto es que Claudio Giráldez ha dejado un recado nítido: si el canterano culé se marcha, el elegido para reemplazarlo en Balaídos tiene nombres y apellidos.