El Cádiz ha comenzado el mercado estival con paso firme y decidido. Tras su descenso a LaLiga Hypermotion, la dirección deportiva del conjunto andaluz se ha movido con rapidez para reforzar posiciones clave y comenzar a dar forma a un equipo competitivo que aspire al ascenso. La apuesta del club pasa por una mezcla de talento consolidado y juventud con proyección, un modelo que ya ha dejado ver sus primeras incorporaciones.
En este contexto, el último movimiento del Cádiz ha sido cerrar el fichaje de un prometedor centrocampista procedente del Atlético de Madrid, una operación que confirma la hoja de ruta marcada por Gaizka Garitano y la dirección encabezada por Juan Cala.
La llegada de Joaquín González, mediocentro tinerfeño de 24 años, responde a esta lógica. El jugador, que firmará contrato hasta junio de 2030, aterriza en el Nuevo Mirandilla tras una temporada de crecimiento y minutos en el filial colchonero, donde acumuló 28 partidos en Primera Federación. Formado en la cantera de la UD Las Palmas, debutó incluso con el primer equipo canario en Copa del Rey antes de pasar por el Atlético Sanluqueño, club en el que disputó más de 2.300 minutos durante la 2023/2024.

Esa experiencia llamó la atención del Atlético de Madrid, que lo incorporó para su filial, y ahora ha sido el Cádiz quien ha apostado por él de cara a construir una plantilla de garantías para la próxima temporada.
Mucha proyección
Desde la dirección deportiva del Cádiz se valora su físico, despliegue y versatilidad como pivote defensivo. Con su 1,85 de estatura, su buen posicionamiento y capacidad para recuperar balones, Joaquín encaja perfectamente en el perfil de jugador que busca Garitano para su medular. El propio Juan Cala, conocedor de su rendimiento en Sanlúcar de Barrameda, fue clave en la operación. De hecho, se adelantaron al Castellón, otro de los clubes interesados en su fichaje, para cerrar la operación con el Atlético de Madrid.
Con este movimiento, Joaquín se convierte en el tercer fichaje confirmado por el Cádiz este verano, tras las llegadas de Suso Fernández, procedente del Sevilla, y Sergio Ortuño, del Eldense. La incorporación de Suso fue recibida con gran entusiasmo por la afición gaditana, al tratarse de un jugador con experiencia en la élite, incluso en competiciones europeas. Su llegada se interpretó como un guiño al sentimiento de pertenencia y como un fichaje que mezcla talento con compromiso. Por su parte, Ortuño llega con el aval de su rendimiento en Segunda División, donde ha sido uno de los centrocampistas más regulares en las últimas campañas.
En el plano táctico, Garitano baraja varios esquemas, pero todo indica que el 4-2-3-1 será la base desde la que trabajar. En ese sistema, Joaquín podría ser una pieza ideal como mediocentro de contención, liberando a perfiles más ofensivos como Suso o un posible mediapunta creativo que aún podría llegar en este mercado. Además, el hecho de haber comenzado la planificación con tanta antelación permitirá al técnico trabajar la pretemporada con una base sólida, algo que puede marcar la diferencia en un campeonato tan igualado.
La pretemporada, que arrancará en pocas semanas, servirá como primera prueba para ver cómo encajan las nuevas piezas. Joaquín tendrá la oportunidad de ganarse un sitio desde el principio, y su adaptación será observada de cerca por la afición. La apuesta por él no es menor: un contrato largo, una apuesta personal del club y la responsabilidad de formar parte de un proyecto que quiere volver cuanto antes a la élite del fútbol español.
Con este tercer fichaje, el Cádiz sigue construyendo su nuevo proyecto paso a paso, con decisiones bien meditadas y perfiles específicos. El mercado todavía tiene margen para moverse, pero en el Nuevo Mirandilla hay confianza en el rumbo tomado. Joaquín González es una pieza más de un puzle que empieza a tomar forma con ambición, estrategia y una mirada clara al futuro.