El regreso del Ceuta a Segunda División no ha comenzado como esperaba la afición, con tres derrotas consecutivas. Los tropiezos ante Valladolid, Sporting y Racing reflejaron las dificultades de un recién ascendido frente a rivales de enorme entidad. La falta de gol preocupó al cuerpo técnico, ya que el único tanto del equipo llegó de penalti. Por ello, la directiva entendió que la plantilla necesitaba un refuerzo de jerarquía para encarar el desafío competitivo que supone esta temporada.
El club ha sorprendido cerrando el fichaje de Salvi Sánchez, un extremo derecho con amplia experiencia en el fútbol profesional. El sanluqueño, de 34 años, disputó casi cien partidos en Primera, principalmente con el Cádiz. Con el conjunto andaluz acumuló 147 encuentros en Segunda antes de lograr el ascenso a la máxima categoría. En la élite participó en 54 partidos y firmó cuatro goles, convirtiéndose en un futbolista muy valorado por su regularidad. Posteriormente jugó en el Rayo Vallecano y en el Espanyol, donde fue protagonista en el ascenso perico en la 2023-24.
Para el entrenador José Juan Romero, Salvi es un fichaje estratégico porque combina velocidad, desborde y experiencia en vestuarios de presión. El Ceuta necesitaba un futbolista capaz de marcar diferencias por banda y ofrecer variantes en el ataque. Este nuevo refuerzo aportará llegada, capacidad de asistencia y una mentalidad competitiva que ayudará a elevar el nivel colectivo. En un inicio de temporada complicado, su presencia representa un salto de calidad y un alivio para un vestuario corto de soluciones ofensivas.

Una plantilla reforzada con veteranos contrastados y jóvenes prometedores
El fichaje de Salvi se une a otras once incorporaciones que transforman la plantilla ceutí en una de las más renovadas. Han llegado jugadores con amplia experiencia como José Matos desde el Cádiz, Diego González desde el Huesca o Manu Sánchez tras pasar por el Levante. También se ha sumado Manu Vallejo, que dejó huella en el Racing de Ferrol, y Juanto Ortuño, procedente del Eldense. Todos ellos ofrecen oficio y conocimiento de una categoría tan exigente como la Segunda División.
El club también apostó por jóvenes valores como Aboubacar Bassinga, cedido por Las Palmas, y Marcos Fernández, procedente del Espanyol. A estos se unen Konrad de la Fuente, llegado desde el Lausanne-Sport, y Samuel Obeng, con pasado en el Oviedo y el Huesca. Esta mezcla entre veteranos consolidados y jóvenes prometedores permite a Romero construir un bloque versátil y con alternativas en cada línea. La plantilla alcanza ahora las 25 fichas y queda configurada para afrontar una campaña de máxima exigencia.
El Ceuta sabe que la permanencia será un objetivo complejo, pero quiere mirar más allá y competir con ambición. La llegada de Salvi lanza un mensaje claro a la afición: el club apuesta por mantenerse fuerte en la categoría. Tras un inicio negativo, este fichaje puede convertirse en un punto de inflexión para cambiar la dinámica. El equipo caballa necesitará tiempo para acoplar a tantas piezas nuevas, pero ha demostrado que está dispuesto a soñar en grande.