El Girona arrancó LaLiga con ilusión, pero el golpe en casa ha sido durísimo. A esta hora, el equipo de Míchel pierde 1-3 contra el Rayo en Montilivi. Un marcador que refleja un desastre defensivo preocupante desde el primer minuto de partido. La grada ha pasado del entusiasmo al enfado total en cuestión de media hora.
El Girona no ha sabido competir. El rival ha aprovechado cada error con una contundencia brutal. Los fallos han sido groseros, especialmente atrás. La zaga está completamente superada y sin reacción. Y la afición ha comenzado a señalar con nombre y apellido a los responsables del desastre. En redes, los comentarios no dejan lugar a dudas: hay tres jugadores muy señalados.
Gazzaniga, Krejci y David López, en el foco
Paulo Gazzaniga ha protagonizado uno de los errores más graves del partido. El penalti y la expulsión han dejado al Girona hundido antes del descanso. Las redes han explotado. “Otra vez regalando puntos”, “injustificable”, “no para una”, escriben los aficionados. Es su primera roja en 111 partidos en Primera y llega en el peor momento.

David López tampoco se salva. Fallón, lento y superado cada vez que el Rayo atacaba.
No ha transmitido seguridad. Ha sido incapaz de cortar jugadas clave ni ordenar la defensa. Su rendimiento ya fue flojo el curso pasado y la historia parece repetirse en este inicio.
Krejci, por su parte, ha decepcionado a los que confiaban en su crecimiento esta temporada. Ha estado perdido, blando en los duelos y fallón en la salida de balón. "Lo tenéis sobrevalorado", "es un coladero", han dicho en redes sociales durante el descanso. Es otro de los señalados con dureza tras este arranque catastrófico.

El Girona se diluye ante la presión
El primer gol del Rayo llegó tras un error de Gazzaniga en la salida de balón. De Frutos no perdonó. Poco después, Álvaro García marcó el segundo con una defensa pasiva.
El tercero llegó de penalti, obra de Isi Palazón, tras una acción de Gazzaniga para olvidar. Ya en la segunda parte, el Girona descontó con un gol de orgullo.
Ese gol del honor no cambia nada. El Girona sigue roto, sin ideas y sin alma.
Los jugadores están superados. El público lo nota y empieza a perder la paciencia.
Montilivi esperaba un equipo competitivo. Lo que ha visto ha sido todo lo contrario.
Las dudas crecen con fuerza y solo estamos en la primera jornada.
Míchel, sin soluciones claras
El técnico madrileño ha probado cambios. Ha metido piernas frescas en ataque. Pero no ha servido. El equipo sigue sin rumbo. No hay organización ni orden defensivo. Solo impulsos aislados. Tsygankov lo intenta. Portu aporta ganas. Pero no es suficiente cuando el bloque no funciona.
Míchel ya reconocía en pretemporada que la defensa era el gran problema del equipo.
Hoy ha quedado confirmado. Tres goles encajados en casa y una fragilidad impropia de Primera División. La dirección deportiva también está en el punto de mira. Falta un líder atrás. Y falta también un portero que transmita seguridad.
La afición exige respuestas
El Girona necesita dar la cara en la próxima jornada o el proyecto puede tambalearse. Hay talento, sí, pero no basta con eso. Hace falta carácter y mucha más intensidad.
Los errores se repiten. Y los culpables, por ahora, son siempre los mismos. La afición lo ha dejado claro. Gazzaniga, Krejci y David López ya no tienen crédito.