Uno de los grandes titulares que nos dejó la noche electoral fue la confirmación del hundimiento de Ciudadanos como fuerza política. La formación naranja nació en 2006 en Catalunya y, 18 años más tarde, se puede decir que muere en el sitio donde vio la luz.
A pesar de los intentos de su jefe de filas, Carlos Carrizosa, de querer sacar pecho ante los medios de los ridículos 20.000 votos que casaron en las elecciones, a nadie se le escapa que los liberales están en plena liquidación. Sin presencia en el Parlament y en el Congreso de los Diputados el partido está evocado a la desaparición.
El tweet que deja retratado el fracaso de Carrizosa
En tan solo 35 segundos se pudo ver a un Carrizosa con una sonrisa forzada, en un intento de articular palabras que le llevaron ciertos problemas pero que intentó sacar adelante ante el aliento de sus simpatizantes y anunciando que seguirán plantando batalla en las siguientes elecciones.
Una imagen patética de un candidato, claramente, derrotado en las urnas y que el decoro político siempre ha hecho que el perdedor reconozca los resultados electorales y, si cabe, hasta dé un paso al costado. Pero todo ello, muy lejos de la sensación que dejó Carrizosa en la intervención ante medios y militantes sobre el futuro más inmediato del partido político.
El descalabro de Ciudadanos
Y es que el revés que sufrió Ciudadanos en la jornada de ayer son de los que hacen historia. La formación naranja perdió, nada más y nada menos, que cerca de 1 millón cien mil votos en tan solo siete años. Un destrozo absoluto que deja en una situación muy difícil a la formación españolista.
Cabe recordar que Ciudadanos vivió sus momentos gloriosos cuando consiguieron su pico máximo de votos en 2017 cuando lograron alcanzar el 25,3% de los votos escrutados por los 0’7% de los de las pasadas elecciones. Lo que supone un desplome total y en el que el partido podría cavar, literalmente, su tumba política después de estos comicios.
El partido naranja ya viene arrastrando problemas los últimos años, con los malos resultados a nivel nacional de Inés Arrastrados, en las últimas elecciones del 14 de febrero de 2021, donde solo sumaron 159.000 votos, que se tradujo en seis diputados en el Congreso. La formación caía estrepitosamente. En paralelo también con el mal resultado de Podemos, los malos números de los naranjas presagiaban su desaparición que el resultado de ayer oficializa, a la espera de lo que pase en Europa el próximo 9 de junio, donde Jordi Cañas encabezará la lista.