Tendencia negativa en un embalse catalán

Última hora sobre los embalses catalanes: Riudecanyes se lleva la palma

La tendencia es calcada a la de ayer, aunque con un descenso de 0,20 puntos

El calor ha vuelto a apretar sobre el sistema hídrico catalán y la última actualización de datos confirma el regreso a la tendencia negativa en la mayoría de embalses. La capacidad total de las cuencas internas baja hoy al 77,49%, lo que supone una caída diaria de 0,20 puntos y cierra una racha de tres días consecutivos de descensos. Sin embargo, la noticia del día no está tanto en el comportamiento de los grandes embalses como en el fuerte retroceso de Riudecanyes, que vuelve a situarse como el más vulnerable de toda la red catalana.

Riudecanyes, esencial para el regadío del Baix Camp y parte del litoral tarraconense, pierde casi medio punto porcentual en sólo 24 horas y baja hasta el 44,66% de su capacidad, cifras preocupantes para un mes de julio que aún no ha entrado en la fase más dura del verano. A pesar de que la mayor bajada del día corresponde a Susqueda (que cae un notable 0,59 puntos, hasta el 84,04%), la situación de este gran embalse sigue siendo sólida y muy superior a la media de los últimos años. En cambio, Riudecanyes consolida su tendencia descendente y, salvo un cambio drástico de meteorología, afronta semanas críticas para la agricultura local.

Pantano de Riudecanyes
Pantano de Riudecanyes | ACN

Calma con el resto

En el resto del sistema, la tónica dominante es la de bajadas suaves, propias de la época. Darnius Boadella (-0,26), La Baells (-0,17), Sant Ponç (-0,11) y Foix (-0,05) pierden ligeramente, aunque mantienen cifras razonables para mediados de julio. La Llosa del Cavall aguanta completamente estable, mientras que Siurana (-0,03) sigue en mínimos habituales. La única excepción positiva vuelve a ser el pantano de Sau, que resiste a contracorriente y sube +0,21 puntos, encadenando ya varios días en positivo y confirmando la buena gestión de sus aportaciones tras las lluvias recientes.

El balance semanal (-0,81) y mensual (-3,16) refleja que el sistema de embalses ha entrado de lleno en el ciclo de desgaste típico del verano mediterráneo: la evaporación, la escasez de precipitaciones y el aumento de la demanda hacen mella a diario, aunque los niveles actuales siguen siendo muy superiores a los mínimos del año pasado. Con las previsiones meteorológicas apuntando a más calor y sequía, el caso de Riudecanyes vuelve a poner el foco en la importancia de una gestión eficiente y en la necesidad de priorizar el ahorro en las zonas más frágiles.

Como decimos, en estas épocas del año son habituales y nada preocupantes los descensos. Eso sí, para poder mantener cierta calma en esta etapa de caídas, los embalses deberían mantenerse en capacidades de entre el 60 y el 80%, aproximadamente, tal y como apuntan los expertos en la materia.