La Agencia Catalana del Agua (ACA) es la principal entidad que supervisa los recursos hídricos en Catalunya. Cada día ofrece un informe actualizado sobre el estado de los embalses, un indicador crucial para conocer la disponibilidad de agua en la región.
Estos datos permiten evaluar las reservas hídricas tanto de las cuencas internas de Catalunya como de las gestionadas por la Confederación Hidrográfica del Ebro. La capacidad total de los embalses en las cuencas internas catalanas es de 700 hectómetros cúbicos.
En un contexto de normalidad, la población catalana consume aproximadamente un hectómetro cúbico al día. Este sistema de monitoreo constante es vital, especialmente en épocas de sequía o cuando las reservas se sitúan en niveles críticos, como ocurre actualmente.
La caída por debajo del 34 % marca un punto crítico
En el último informe de hoy, la ACA destaca que el nivel de los embalses en las cuencas internas ha caído al 33,98 %. Este dato refleja la necesidad de seguir estrategias de ahorro, ya que representa un giro preocupante en la gestión hídrica.
La situación actual pone en evidencia una tendencia negativa en las reservas hídricas. Tras semanas en las que los embalses más importantes mostraban ligeros aumentos en sus niveles. Los datos recientes confirman que la mayoría ha llegado a un punto de estancamiento o incluso retroceso.
Por ejemplo, el embalse de Susqueda, con una capacidad máxima de 233 hectómetros cúbicos, se sitúa actualmente en un 35,30 %. Una cifra que, aunque superior a la media de algunos embalses, evidencia un estancamiento respecto a semanas anteriores.
La Llosa del Cavall, otro embalse clave con una capacidad de 80 hectómetros cúbicos, mantiene un nivel del 35,61 %. Aunque este porcentaje supera la media de otros años, el incremento de semanas anteriores ya no se sostiene. Esta tendencia pone en alerta a las autoridades, que deberán aplicar medidas para evitar un mayor descenso en los próximos meses.
Embalses en mínimos históricos
Algunos embalses presentan cifras alarmantes. Darnius Boadella, en la comarca del Alt Empordà, está al 17,65 %. Mientras que el embalse de Siurana se encuentra al borde del colapso, con apenas un 9,56 % de su capacidad total.
Estas cifras contrastan con la media de los últimos cinco años, lo que refleja una sequía prolongada que sigue afectando gravemente a las reservas. El embalse de Foix es uno de los pocos que se mantiene en niveles óptimos, con un sorprendente 99,13 %. Sin embargo, su capacidad es limitada y no contribuye de manera significativa a la capacidad total de las cuencas internas.
¿Qué esperar en las próximas semanas?
El descenso por debajo del 34 % marca un giro preocupante en la situación hídrica de Catalunya. La falta de lluvias generalizadas y la alta demanda siguen poniendo presión sobre las reservas.
Ante este panorama, la Agencia Catalana del Agua hace un llamamiento a la ciudadanía para optimizar el uso del agua y evitar el desperdicio. Si la tendencia actual continúa, es probable que el próximo informe muestre una nueva caída.
Las autoridades advierten que el inicio de 2025 podría ser especialmente complicado, obligando a restricciones más severas para garantizar el suministro. Mientras tanto, se espera que las precipitaciones de invierno alivien, aunque sea parcialmente, esta crítica situación.