Tendencia negativa en un embalse catalán

Última hora de la sequía: Siguen bajando las reservas en un conocido embalse

Pese a la mejora con respecto hace un año, la tendencia actual es negativa

La sequía y la gestión de las reservas de agua han pasado a ser una de las mayores preocupaciones en Catalunya. Las cifras recientes de los embalses muestran tendencias preocupantes, especialmente en un contexto de cambio climático y falta de lluvias.

El pantano de Sau, uno de los más emblemáticos, registra actualmente un volumen del 19,86 % de su capacidad total. Este nivel supone una ligera mejora frente al mismo periodo del año pasado, cuando estaba al 12,13 %. Sin embargo, sigue muy por debajo de las medias históricas, que rondan el 46,7 % en los últimos cinco años.

El pantano tiene una capacidad máxima de 165,26 hectómetros cúbicos, pero ahora sólo almacena 32,82 hectómetros cúbicos. En comparación, hace diez años, el embalse superaba los 94 hectómetros cúbicos en esta misma fecha. Este descenso refleja una tendencia negativa que afecta de forma preocupante al suministro. Además, la tendencia de este mismo año es negativa, pues en el mes de julio alcazaron la cota máxima anual, superando incluso el 75 hectómetros cúbicos.

En el conjunto de las cuencas internas de Catalunya, el nivel de reservas actuales se sitúa en el 34,08 %. Esto supone una mejora respecto al 17,58 % de hace un año. No obstante, estas cifras aún están lejos de las medias de los últimos diez años, que rondan el 62,6 %. 

Embalses como Susqueda o la Llosa del Cavall también muestran cifras alarmantes. Susqueda, con una capacidad de 233 hectómetros cúbicos, está al 34,95 %, mientras que la Llosa del Cavall, con 80 hectómetros cúbicos, apenas llega al 35,69 %. Aunque estos niveles son mejores que en 2023, siguen siendo preocupantes.

Pantano de Sau
Pantano de Sau | ACN

Comparativa y posibles soluciones

El pantano de Sau es un claro ejemplo de la presión que sufren los embalses debido a la sequía. A pesar de las recientes lluvias, no se ha logrado una recuperación suficiente para asegurar la estabilidad. En 2014, las reservas en esta misma fecha superaban el 50 %, mostrando la gravedad de la situación actual.

La falta de agua no solo afecta al suministro, sino también al medio ambiente, la agricultura y la industria. El Govern de Catalunya ha implementado restricciones en algunas zonas para evitar el agotamiento de los recursos. Además, se han impulsado medidas para optimizar el consumo y mejorar la eficiencia de las infraestructuras.

Las previsiones meteorológicas indican lluvias moderadas en las próximas semanas, pero no serán suficientes para revertir esta situación crítica. Los expertos señalan la necesidad de estrategias a largo plazo, como el aumento de la capacidad de las desalinizadoras y la mejora del sistema de reutilización del agua.