Ha vuelto a pasar. Nada nuevo. En la localidad de Mannheim, en la región del Baden-Württemberg, en Alemania, se ha producido un atentado islamista contra el activista Michael Johannes Stürzenberger y contra un agente de policía. Según ha informado la prensa local, la vida del activista no corre peligro, pero el agente sí está en una situación más grave.
Para Vilaweb, han habido "algunos heridos en un ataque con cuchillo en el míting islamóbo en Alemania". Es decir, la parte importante de la noticia está en la víctima, no en el agresor. Los mismos que siempre insisten en que no hay que dar información sobre la nacionalidad de los delincuentes, sí que consideren oportuno hacer hincapié en destacar las ideas políticas del agredido.
Para Rac1, "un hombre" hiere a un activista crítico con el islam y a varias personas más en Alemania. Es decir, igual que Vilaweb, Rac1 considera importante destacar que el herido era crítico con el islam y califica al agresor como "un hombre". No se atreven a llamar las cosas por su nombre, es decir, terrorista a un terrorista.
Sí se ha pronunciado la diputada de Aliança Catalana, Sílvia Orriols, que ha contestado a la publicación de Rac1 y les ha puesto en su sitio. "Se llama atentado islamista, ya se que os cuesta, pero de vez en cuando podríais dejar el activismo woke y hacer periodismo".
Lo mismo con el diari Ara, que completa el podium de los diarios wokes que no se atreven a decir las motivaciones del agresor. Según Ara, hay "varios heridos en Alemania en un ataque con cuchillo contra un grupo de extrema derecha". Analicemos la frase. La traducción de "ataque con cuchillo" es ataque terrorista.
Hemos citado solo tres medios de comunicación catalanes, Vilaweb, Rac1 y Ara, pero podríamos haber citado muchos más. Es una práctica habitual de la prensa woke esconder la realidad y transmitir un mensaje bonista e incompleto para, dicen, no alimentar el rechazo hacia los 'agresores'.
Mensajes de los críticos: Catalunya dice basta
La red social X se ha llenado de mensajes de usuarios que dicen basta y que piden a los medios de comunicación que deben su bonismo a un lado y se pongan a trabajar de periodistas. La culpa no la tiene el activista por ser, supuestamente, islamófobo. La culpa la tiene el agresor, el terrorista, que ha irrumpido con la firme voluntad de acabar con su vida.
Todos los mensajes van en la misma línea. Consideran los usuarios de la red social X que los medios de comunicación tradicionales, al servicio de los partidos políticos actuales, evitan llamar "terrorista" a un "terrorista". Añaden que esto les hace cómplices y les exigen una rectificación.