Ha empezado la cuenta atrás y quedan pocos días para que los colegios electorales de Catalunya abran sus puertas. El día 12 de junio a partir de las 9 de la mañana, los catalanes podrán acceder a escuelas, polideportivos, centros cívicos y demás instalaciones públicas destinadas al voto para depositar la papeleta dentro de la urna y decidir el futuro de los próximos cuatro años.
El escenario es muy incierto comparado con otras contiendas interiores. La política de bloques está más clara que nunca, con PSC, PP, VOX y Comuns por un lado, defendiendo el constitucionalismo y la permanencia en España. Junts, ERC y CUP defendiendo la bandera del procesismo. Nuevos partidos sin representación parlamentaria como Aliança Catalana o Alhora que se postulan como únicas fuerzas independentistas y, finalmente, Ciudadanos que representa al club de los desaparecidos.
En los últimos días hemos visto diferentes debates electorales. La semana empezó con el debate de La Sexta el lunes y continuó con el debate de TV3, el martes. En el primero, el número 3 de la lista de Junts por Barcelona, Josep Rull, aseguró que su formación no pactaría con la extrema derecha, considerando extrema derecha a VOX, pero también a Aliança Catalana. Argumentó que el límite de su formación era el "respeto a los derechos humanos". Se supone que se refería al PSOE de los GAL y de la cal vida. O quizás se refería al PSOE que apoyó al Partido Popular en la aplicación del artículo 155 de la Constitución. Tampoco mencionó a PP, que recogió firmas para votar contra el Estatut y que tiene a un exministro del Interior que está involucrado en las cloacas del Estado.
Días más tarde conocíamos la escenificación pública del cordón sanitario a Aliança Catalana. PSC, Junts, ERC, CUP y Comuns firmaban un manifiesto para vetar todas las iniciativas parlamentarias de la formación de Sílvia Orriols. Una iniciativa que se les ha vuelto en contra, pues muchos votantes de la formación de Carles Puigdemont han manifestado que cambiarán su voto a favor de la actual alcaldesa de Ripoll.
Rosa recuerda que Junts fue vetado de los debates en los pasados por ser una formación parlamentaria nueva y diferenciada del PDECAT. Igualmente, la misma usuaria de la red social X recuerda que TV3 realizó entrevistas a VOX cuando el partido de Santiago Abascal e Ignacio Garriga todavía no tenía representación parlamentaria.
Un ciudadano de Sabadell ha promovido una encuesta en la que pregunta si es mejor votar a Junts per Catalunya o a Aliança Catalana. El resultado no puede ser más claro. La formación liderada por Sílvia Orriols gana de calle.
En redes sociales también ha aparecido la duda razonable de muchos votantes históricos de Junts que ahora se plantean votar a Aliança Catalana.
Sensación de engaño
El resumen es claro y la sensación de engaño es evidente. Cada vez son más los votantes de partidos procesistas, especialmente votantes de Junts, que se plantean cambiar su voto y votar a Aliança Catalana. Lo plantean como un voto de país, pero también un voto de castigo hacia un proyecto fallido y hacia la incapacidad de materializar la independencia.