Hay momentos en los que los datos dejan de ser solo números y se convierten en advertencias claras. La realidad que se ha vivido las últimas semanas y lo que se está viviendo ahora, ha superado cualquier previsión que manejaban los expertos. Ha llegado el momento en que los meteorólogos analicen los fenómenos con perspectiva y objetividad, para informar a la población.
Lo que parecía solo una incomodidad pasajera fue tomando peso con el paso de los días. Cada gesto diario empezó a adaptarse a un entorno que no dejaba margen. Ahora, los registros confirman que no era una simple sensación.

Juan Jesús lo dice claro: el verano que termina marca un hito
Juan Jesús, experto de la AEMET, no ha dudado en calificar lo vivido como algo extraordinario. Al hacer referencia al top 10 de las anomalías cálidas, ha señalado: “Ha conseguido la mayor”. Afirmando rotundamente lo que ha significado el verano de 2025 con temperaturas particularmente altas.
Este año ha estado en dos oportunidades dentro de las anomalías cálidas por “anomalía integral”, es decir, por extensión geográfica. Esto significa que no solo hizo calor, sino que lo hizo de forma continua y afectando a zonas amplísimas.
El calor fue persistente, tanto de día como de noche, sin tregua para millones de personas. El impacto se notó en el interior peninsular, el sur, el nordeste y el litoral mediterráneo.
Ciudades como Córdoba, Lleida, Badajoz y Zaragoza vivieron máximas extremas durante varios días consecutivos. En muchas provincias, las mínimas nocturnas no bajaban de 25 °C, dificultando el descanso. El Mediterráneo, por su parte, actuó como una fuente constante de calor, con temperaturas cercanas a los 29 °C.

Un duro pronóstico: las consecuencias no terminan con el verano
El final del verano no implica que el impacto desaparezca. El Mediterráneo caliente y la atmósfera inestable podrían marcar la pauta del otoño. Los modelos estacionales señalan que el calor persistirá durante los próximos meses.
Las temperaturas estarán por encima de la media en la mayor parte de España. Se prevén desviaciones de hasta 1 °C respecto al valor habitual del trimestre. Las zonas más afectadas serán el este peninsular y el interior centro-sur.

En cuanto a las lluvias, no hay una tendencia clara por ahora. Aunque se espera más inestabilidad en el área mediterránea, con posibilidad de tormentas intensas. El comportamiento del chorro polar será decisivo para definir si predominarán las lluvias o los bloqueos secos.
Lo cierto es que el verano 2025 ha marcado un récord sin precedentes. Ha sido el más extremo por área afectada y persistencia del calor. Ahora, la atención se traslada al otoño y sus posibles consecuencias.