El sistema de embalses de la cuenca interna catalana vive estos días su mayor ajuste desde la llegada del calor estival. Los datos publicados este viernes 27 de junio confirman que el ritmo de descenso de las reservas de agua se ha intensificado en las últimas horas, hasta registrar el mayor retroceso diario desde hace muchos meses.
Las reservas totales bajan hasta el 79,63%, lo que supone una caída de 0,21 puntos porcentuales en solo veinticuatro horas. Más allá del dato puntual, la pérdida acumulada en los últimos siete días también supera ya el punto porcentual, algo que no se veía desde antes de la primavera y que pone de manifiesto la intensidad del calor y la evaporación en este tramo del año.
El descenso es generalizado en casi todos los embalses y, aunque responde al patrón clásico del verano mediterráneo, hoy sobresale especialmente el caso del pantano de Foix, que encabeza la lista de caídas con una bajada de 1,67 puntos en solo un día, situándose en el 83,77%. Este recorte tan acusado no es habitual en este embalse, que en las últimas semanas se había mantenido relativamente estable, y evidencia la presión que el calor extremo ejerce sobre las cuencas de menor capacidad y mayor demanda local.

Sólo hay dos ligeras excepciones
La tendencia bajista se extiende al resto del sistema. La Baells, que venía aguantando con cifras casi de pleno, cede tres décimas y se queda en un 93,94%. Susqueda pierde medio punto y se sitúa en el 87,63%, mientras que Sant Ponç desciende a 87,51%. También Darnius Boadella, Riudecanyes y Siurana experimentan pequeños retrocesos. Por su parte, Sau y La Llosa del Cavall resisten con pequeñas subidas—Sau apenas una centésima y La Llosa siete—, lo que en un contexto de bajada generalizada resulta anecdótico pero digno de mención como muestra de la variabilidad natural del sistema.
Pese a que los datos marcan un giro claro en la tendencia de las últimas semanas, es importante remarcar que este comportamiento es perfectamente lógico en pleno verano y no debe interpretarse como un motivo de alarma. La combinación de altas temperaturas, fuerte insolación, y máxima demanda agrícola y urbana crea cada año un escenario de ajuste acelerado en los embalses. Lo significativo del día es el retorno a tasas de descenso que no se veían desde hace meses y que, además, rompen con la estabilidad relativa que se había mantenido durante buena parte de la primavera y el arranque del verano.
Aun así, el nivel general de reservas sigue siendo muy superior al de hace un año, cuando la sequía extrema colocaba a varios embalses en mínimos históricos y obligaba a prepararse para posibles restricciones. La diferencia ahora es el colchón acumulado en los meses de lluvias, que permite afrontar el verano con garantías, aunque el descenso diario sea ya una constante y la vigilancia sobre el consumo y la gestión siga siendo imprescindible.