El pasado 28 de mayo, los ciudadanos de Ripoll hablaron en las urnas, igual que lo hicieron todos los catalanes. El partido Aliança Catalana, de Silvia Orriols, obtuvo seis concejales de un total de 17 que forman el pleno del consistorio. La dirigente independentista no consiguió la mayoría absoluta, pero sí formar un gobierno en minoría. Desde entonces, la oposición formada por los partidos procesistas ha construido una campaña contra Orriols, con un acoso personal y familiar constante. El último gesto ha sido un ataque de señalamiento, empapelando una parada de autobús con su cara y un mensaje que asegura que la alcaldesa no respeta los derechos.
«Silvia Orriols no cree en las profesionales del sector de servicios sociales» empiezan y añaden que «en algún momento de tu vida necesitarás alguna». La primera edil ha publicado esta imagen en su perfil de redes sociales y ha destacado que es la parada del autobús de la escuela de su hijo, lo que significa un acoso intolerable hacia una representante pública. Los carteles contradicen las ordenanzas municipales y son sancionables con 700 euros cada uno. La propia Alcaldesa de la localidad catalana lo ha denunciado a través de su cuenta en Twitter y alerta del grave riesgo de estas prácticas.
Aliança Catalana camino del Parlament
Cada vez son más los catalanes y catalanas que piden a Silvia Orriols que dé el paso definitivo a la política nacional, presentándose como candidata a la presidencia de la Generalitat de Catalunya una vez el presidente autonomista Pere Aragonés se digne a convocar elecciones. Las encuestas por ahora no reflejan la irrupción de Aliança Catalana pero los resultados de Ripoll y el apoyo en redes que recibe Orriols pueden ser indicativo de una gran sorpresa en las próximas elecciones al Parlament de Catalunya.