Cataluña cerró 2023 con un salario medio de 2.056 euros, según recoge el estudio Monitor Adecco de Oportunidades y Satisfacción del Empleo. Se trata de un máximo histórico, destaca el análisis de la compañía de recursos humanos, y un crecimiento del 5,2% respecto al último trimestre de 2021 –el trabajo examina en los últimos ocho trimestres para obtener “conclusiones más relevantes” y evitar "cambios puntuales que distorsionen los resultados"-.
Es la cuarta remuneración más alta del Estado, por detrás de Madrid (2.282), País Vasco (2.197) y Navarra (2.093). El análisis realizado por Adecco apunta que pese al incremento salarial, los catalanes siguieron perdiendo poder adquisitivo el año pasado, 387 euros anuales, un 1,5% negativo. Catalunya fue la única comunidad autónoma del Estado, junto a La Rioja y Madrid, que se situó por debajo de los 400 euros de pérdida de poder adquisitivo.
En el conjunto del Estado también se batió un récord salarial, con 1.920 euros de media, un 5,4% más que en el mismo período de 2021. En cuanto al poder adquisitivo, la ciudadanía perdió por segundo año consecutivo, 610 euros anuales, un 2,6% menos en 2023.
El estudio de Adecco señala, entre otras cosas, que la diferencia entre la comunidad con el mayor salario y con el menor se acentuó en el 2023, alcanzando los 749 euros, un 15% más interanual.
Las consecuencias de perder poder adquisitivo pese a la subida de salarios
Perder poder adquisitivo a pesar de un aumento salarial es una situación que puede suceder en diversas circunstancias económicas, y tiene varias consecuencias importantes tanto para los individuos como para la economía en general:
- Erosión del valor real de los ingresos: Aunque los salarios nominales aumenten, si la inflación crece a un ritmo más rápido, el valor real de los ingresos disminuye. Esto significa que, aunque las personas reciban más dinero, su capacidad para comprar bienes y servicios se reduce.
- Reducción del consumo: Si los consumidores sienten que su poder adquisitivo disminuye, es probable que reduzcan su consumo, especialmente en bienes no esenciales. Esto puede afectar negativamente a las empresas que dependen del gasto del consumidor.
- Dificultades en el ahorro y la inversión: Con un menor poder adquisitivo, las personas pueden encontrar dificultades para ahorrar o invertir, lo que afecta su seguridad financiera a largo plazo y puede tener un impacto en los mercados de inversión.
- Problemas de deuda: Aquellos con deudas fijas pueden encontrar que es más difícil hacer frente a sus pagos, ya que su ingreso disponible efectivo se reduce.
- Desigualdad económica: En algunos casos, la pérdida de poder adquisitivo puede afectar más a ciertos grupos socioeconómicos, ampliando la brecha de desigualdad.
- Presiones laborales y sociales: Esta situación puede llevar a una mayor demanda de aumentos salariales, negociaciones colectivas y, en algunos casos, a conflictos laborales. También puede generar descontento y estrés social.
- Impacto en la política monetaria: Los bancos centrales pueden verse obligados a ajustar sus políticas para combatir la inflación, lo que podría incluir aumentar las tasas de interés, afectando así a los préstamos y al crédito.
- Incertidumbre económica: La combinación de salarios crecientes y poder adquisitivo decreciente puede generar incertidumbre tanto para consumidores como para empresas, afectando las decisiones de inversión y contratación.