Las acciones de Grífols han sufrido un nuevo bajón en bolsa y han cerrado con un descenso del 34,9% de su valor y se ha situado en los 7,5 euros después de que la empresa reconociera que los resultados presentados este jueves correspondientes en 2023 no estaban auditados. En una llamada con inversores, los directivos han asegurado que tienen el compromiso por escrito de KPMG de que las cuentas estarán listas antes del 8 de marzo.
En la llamada, los responsables de la farmacéutica han señalado que las cuentas remitidas a la CNMV no incorporaban la firma del consejero delegado de la compañía, James Costos, y han alegado que no asistió al consejo de administración de ayer por "motivos personales" pero que no ha manifestado ninguna oposición a las cuentas.
En los resultados presentados a primera hora, Grífols indicó que obtuvo unos beneficios de 59 millones de euros en 2023, un 71,5% menos que en el ejercicio anterior. La farmacéutica, que en los últimos meses ha sufrido volatilidad en bolsa por el ataque del fondo bajista Gotham City y está pendiente de la publicación de un informe de la CNMV sobre el caso, defiende que el resultado está impactado por partidas extraordinarias, especialmente la del coste de reestructuración, con 147 millones de euros. Sin esos impactos, el beneficio sería de 206 millones.
La versión de la compañía
La compañía, sin embargo, asegura que cierra un año “récord” con unos ingresos de 6.592 millones de euros y el crecimiento de todas las unidades de negocio. Este mediodía, los directivos han mantenido una llamada con inversores para analizar los resultados y ha garantizado que el consejero delegado de la compañía y ex embajador de EE.UU. en España, James Costos, no ha manifestado disconformidad ni oposición" con la documentación aprobada por el consejo de administración este miércoles en una reunión celebrada en Barcelona y en la que no asistió por "motivos personales".
En el encuentro con los analistas, el presidente ejecutivo de Grifols, Thomas Glanzmann, ha defendido que se trata de un "año récord" y ha defendido la "sólida posición financiera" de la compañía. Sin embargo, tras el encuentro las acciones se desplomaron de nuevo en bolsa y llevó al Ibex a cerrar en un descenso del 0,67% y situarse en la frontera de los 10.000.