Se acerca una de las exposiciones más visitadas en la agenda primaveral de las fiestas más tradicionales de Catalunya: la exposición de cerezas de Sant Climent de Llobregat.
Celebrada anualmente desde el año 1976 -con la única excepción de 1977, que tuvo que suspenderse por una terrible tormenta-, esta curiosa y personalísima exposición es acogida por una de las localidades con mayor producción de cerezas, como es Sant Climent de Llobregat. De hecho, su vinculación con esta fruta es tan remarcable y reconocida que durante la Segunda República, este municipio del Baix Llobregat llegó a ser conocido como Cerezo de Llobregat. La exposición de cerezas es el acto más tradicional y representativo de la localidad, que año tras año, acoge a miles de visitantes de todo el territorio catalán, que disfrutan con la exposición de cestas y el Mercat de Pagès, el espacio de venta de sus codiciadas cerezas.
Asimismo, una de las visitas obligadas durante la exposición es la del Museo de Herramientas del Payés de Sant Climent, que permite conocer todos los detalles de los sistemas de producción y acercarnos a las claves de la vida cotidiana más tradicional siempre a través de la presencia de la fruta protagonista. Esas cerezas del Baix Llobregat que en el año 1985 obtuvieron la denominación de origen, verdadero punto de inflexión para impulsar definitivamente su producción en Sant Climent y popularizar el consumo de la cereza, para culminar su reconocimiento con la gran exposición anual.
La capital de la cereza
Durante el fin de semana del 24 al 26 de mayo, Sant Climent de Llobregat se volverá a coronar como verdadera capital de la cereza. A través de los espacios debidamente habilitados, como la Plaza de la Vila y la del Legado Común, la piscina y el polideportivo, las cerezas serán las estrellas de una fiesta definida por los campesinos como "un éxito y un acierto, tan necesaria como impecable". Una fiesta tradicional que sigue vigente gracias al esfuerzo de muchos y a la excelente acogida de esos visitantes amantes de la cereza y el buen ambiente.
Y como toda gran actividad con numerosa presencia de visitantes, hay que pensar también en el momento del descanso, la pausa dedicada a la comida. Además de cerezas, en Sant Climent se puede degustar buena cocina, como la que proporciona el Restaurante El Racó y su cocina casera típica catalana, cuya calidad está avalada por la Guía Michelin. Si lo que se busca es una especialidad en chuletones y carnes maduradas, entonces la opción perfecta es el Luna Rossa Restaurant. O si la idea es ir de pinchos, bocadillos o platos combinados, ahí está el tradicional Bar Plaza, que es toda una garantía en sí mismo.
Según algunos de sus clientes, El Racó proporciona "Muy buena comida muy buena la atención recibida; muy recomendable, una experiencia muy agradable. Felicidades a todo el equipo".
Por su parte, también nos podemos dejar aconsejar por quienes han comido en Luna Rossa Restaurant y reconocer que "Chuletón madurado extra, T-Bone madurado y solomillo espectacular, carne de muy muy buena calidad y sabor. ¡Un 10!".
Una oferta gastronómica que se puede convertir en la guinda del pastel de una gran jornada en Sant Climent de Llobregat. Tres días para disfrutar de las cerezas, la cultura popular, la primavera y la buena cocina, a escasos 20 kilómetros de la ciudad de Barcelona.