En los últimos días, miles de voluntarios se han desplazado hasta la Comunidad Valenciana para colaborar en las tareas de rescate, limpieza y ayuda a las poblaciones afectadas por la DANA. Con la solidaridad por bandera, estos diferentes voluntarios han respondido a los llamados de ayuda, con la esperanza de marcar la diferencia en una región devastada por las lluvias torrenciales.
Desde la Ciudad de las Artes y las Ciencias, punto de encuentro para muchos de ellos, la expectativa era organizarse. Para intervenir en las áreas más perjudicadas y apoyar a las comunidades locales. Sin embargo, la mala gestión y la falta de claridad en las instrucciones han generado una gran ola de frustración entre quienes acudieron con el ánimo de contribuir.
Las redes sociales se han convertido en el escaparate de la indignación, con testimonios de voluntarios. Que denuncian el desvío de sus esfuerzos hacia tareas ajenas al propósito inicial de su convocatoria. Las quejas se centran especialmente en el hecho de haber sido enviados a lugares como el centro comercial Bonaire, en lugar de enfocarse en las zonas rurales afectadas por la DANA.
Desorganización y cambio de destino
Los testimonios recogidos a través de Twitter reflejan el malestar generalizado entre los voluntarios. Joan Guanter relata cómo, tras una larga espera en Valencia, los autobuses que trasladaban a los equipos de ayuda fueron redirigidos a Xiva. "A las 7 nos habían citado en Valencia, después de 3 horas hemos salido hacia Xiva".
"En estos momentos no hemos podido limpiar nada, sólo hemos hecho cola", lamenta en su mensaje. Que viene acompañado de imágenes de voluntarios desorientados y sin una tarea clara. Esta situación ha generado un gran descontento, ya que muchos se sienten totalmente engañados por la organización de la Generalitat Valenciana, que les prometió tareas de relevancia en el terreno.
Otro de los mensajes que ha encendido las redes sociales es el de 'Conde-Dooku de Olivares', quien expresa su indignación por haber sido desviado al centro comercial Bonaire. La sensación de tiempo perdido y la percepción de estar lejos del verdadero núcleo de la catástrofe ha llevado a muchos a cuestionar la eficacia y la transparencia de la organización.
Impotencia entre los voluntarios
Magda, otra de las voluntarias que acudió a Valencia con el objetivo de ayudar, compartió un vídeo. En el que se ve a decenas de personas sentadas junto a un autobús, sin saber qué hacer. En su mensaje, Magda resume el sentir de muchos de sus compañeros.
"Muchos de los que hemos ido esta mañana a la ciudad de las artes y las ciencias porque iba a haber coordinación estamos parados en un autobús sin poder hacer nada. Cero organización, impotencia y cabreo en el ambiente, nos sentimos engañados". Esta falta de coordinación no solo afecta a la moral de los voluntarios, sino que también pone en entredicho la respuesta institucional a la emergencia.