A partir de ayer martes puede solicitarse el voto por correo para las elecciones al Parlamento Europeo del 9 de junio. Se podrá realizar hasta el 30 de mayo de forma telemática desde la web de Correos o presencialmente en cualquier oficina postal. Entre el 16 de abril y el 2 de mayo coincidirán abiertos los plazos para pedir el voto por correo con las elecciones al Parlament del 12-M. Para solicitar el certificado de forma telemática, el interesado debe acreditar su identidad con firma electrónica.
Y si se opta por acudir presencialmente a una oficina debe tenerse en cuenta que lo debe hacer personalmente cada elector acreditando su identidad a excepción de los casos de enfermedad o discapacidad. Para evitar colas, también se puede solicitar cita previa a través de la app, la web de Correos o la Oficina Virtual.
A partir del 20 de mayo, las personas que hayan realizado la solicitud recibirán la documentación necesaria para ejercer el voto por correo. El plazo para depositar el voto por correo para las elecciones europeas terminará el 5 de junio.
Para diferenciar el voto por correo de las elecciones al Parlamento del 12-M y las europeas del 9-J, Correos ha acordado medidas para distinguir ambos procesos. Las solicitudes llevarán adheridas una etiqueta de Parlamento Europeo o Parlamento de Cataluña, según el proceso electoral que corresponda.
Unas elecciones, las europeas, con poca participación
Las elecciones europeas del 9 de junio de 2024 representan un proceso democrático crucial dentro de la Unión Europea (UE), donde los ciudadanos de los Estados miembros votan para elegir a sus representantes en el Parlamento Europeo. Este proceso es fundamental para el funcionamiento de la UE, ya que el Parlamento juega un papel esencial en la legislación europea, la supervisión de otras instituciones y la definición del presupuesto de la Unión.
Las elecciones al Parlamento Europeo se llevan a cabo cada cinco años y todos los ciudadanos de la UE mayores de 18 años (16 en algunos países) tienen derecho a votar. Los métodos de votación y los sistemas electorales pueden variar entre los Estados miembros, pero todos deben asegurar un proceso democrático y justo que refleje adecuadamente la voluntad de los ciudadanos europeos.
La mayoría de los países utilizan un sistema de representación proporcional, que asigna los escaños en el Parlamento basándose en la proporción de votos que cada partido recibe. Esto permite una representación más equitativa de las pequeñas formaciones políticas. Algunos países emplean el sistema de lista cerrada, donde los votantes eligen una lista de candidatos presentada por un partido, mientras que otros utilizan listas abiertas, que permiten a los votantes influir en el orden de los candidatos dentro de la lista de su partido preferido.
Las elecciones europeas son, por "tradición", las que menos participación suelen registrar. Los ciudadanos no se acaban de sentir representados y ven las elecciones como lejanas. En muchos casos usan su voto como castigo para el partido de Gobierno o para dar visibilidad a nuevas opciones. La irrupción de Podemos en 2014 se dio, precisamente, en unas elecciones europeas.