En Catalunya, el estado de los embalses ha sido en los últimos meses una de las principales preocupaciones de la ciudadanía, la administración y el sector agrícola. El recuerdo de los peores momentos de sequía aún está muy presente, pero este mes de junio arrancó con una situación excepcionalmente positiva en las reservas hídricas. Sin embargo, el avance del verano y la llegada de temperaturas más altas han empezado a marcar un cambio de tendencia. ¿Significa esto un nuevo giro en el equilibrio hídrico de la región?
Los datos oficiales publicados hoy, domingo 8 de junio, por la Agència Catalana de l’Aigua muestran una fotografía curiosa del estado de los embalses en Catalunya. El porcentaje de llenado global de las cuencas internas sube ligeramente hasta el 81,65%, frente al 81,62% registrado ayer. A primera vista, la cifra podría invitar al optimismo: el sistema sigue consolidando valores excepcionales, en contraste radical con la situación crítica vivida hace un año.
Sin embargo, un análisis embalse por embalse revela un matiz importante: la mayoría de los grandes embalses han iniciado ya el descenso de capacidad, una señal inequívoca de que el calor y la mayor demanda de agua comienzan a hacerse sentir. Se trata de un fenómeno estacional perfectamente conocido en climatología, ya que en estas fechas, la combinación de evaporación, riego y consumo urbano suele provocar bajadas generalizadas en los niveles de los pantanos.
Embalses destacados: la mayoría inicia el descenso, pero Sau resiste
El embalse de Susqueda, auténtico termómetro hídrico de la cuenca del Ter y clave para el área metropolitana de Barcelona, desciende hoy ligeramente hasta el 90,93% (frente al 91,02% de ayer). Es un retroceso mínimo, pero pone fin a una racha de subidas continuadas. Algo parecido ocurre en La Baells, que se sitúa en el 97,12%, apenas una décima menos que ayer, o en Sant Ponç y Foix, que también muestran pequeñas caídas, aunque siguen por encima del 90%.
La excepción la marca el embalse de Sau, que contra la tendencia general sube hasta el 64,72% (+0,29 puntos respecto a ayer). Este comportamiento resulta especialmente relevante porque rompe la lógica habitual del mes de junio, cuando el nivel de Sau suele descender. La explicación podría estar en aportes puntuales recientes o en una gestión específica del caudal, pero en cualquier caso, Sau se consolida como uno de los embalses con mejor evolución de la temporada.
En el resto del sistema, Darnius Boadella, La Llosa del Cavall, Siurana y Riudecanyes mantienen valores estables o con leves descensos, confirmando que el ciclo de acumulación masiva de las últimas semanas ha tocado techo y empieza a invertirse, aunque de manera muy suave.
El calor de junio acelera la evaporación y eleva el consumo de agua, tanto para uso doméstico como agrícola. Es en este contexto donde se empieza a notar el “efecto verano” sobre los embalses catalanes. No obstante, es fundamental remarcar que el sistema se encuentra en una posición envidiable si se compara con los promedios históricos para estas fechas. Basta recordar que hace exactamente un año, el llenado global apenas alcanzaba el 32%, y la media de los últimos cinco años en esta misma semana se sitúa en el 60%.