Los embalses de Catalunya están atravesando una situación preocupante. La falta de lluvias sostenidas, unida al incremento en el consumo, ha reducido de forma considerable sus niveles.
Este fenómeno no solo se atribuye al cambio climático, sino también a un aumento en las temperaturas que acelera la evaporación del agua almacenada. Además, el uso intensivo del agua en actividades agrícolas e industriales ejerce presión sobre los recursos hídricos.
Los embalses de las cuencas internas, fundamentales para el suministro, están lejos de alcanzar niveles óptimos. En este contexto, el embalse de Sau destaca por su rápida caída en el volumen de agua.
Caída en picado de este embalse
Ubicado en Vilanova de Sau, este embalse tiene una capacidad máxima de 165,26 hectómetros cúbicos, pero actualmente registra solo 40,19 hm³, equivalente al 24,32% de su capacidad total.
Hace un año, su nivel era de 22,74 hm³, marcando una muy leve mejora en comparación, pero sigue siendo bastante insuficiente para garantizar el abastecimiento a largo plazo. La media de los últimos cinco años para esta fecha supera el 74%, lo que subraya la gravedad de la situación actual.
El embalse de Sau no solo es clave para el suministro de agua en el país, sino que también cumple un importante papel en la regulación del caudal del río Ter.
La reducción de su volumen afecta tanto a las actividades humanas como al ecosistema, que depende de un flujo constante para mantener su equilibrio. Las consecuencias de este descenso en el nivel del agua ya se notan en los municipios vecinos, que ven amenazado su suministro regular.
Expertos atribuyen esta caída a un otoño especialmente seco, donde las precipitaciones han sido escasas y poco consistentes. Aunque las lluvias recientes han ayudado levemente a otros embalses, como el de la Baells, no han sido suficientes para revertir la situación crítica que hay en Sau.
Sau, en la cuerda floja
Este embalse se encuentra en el límite de un posible uso restrictivo si los niveles no mejoran en las próximas semanas. El consumo diario en Catalunya, que ronda los 7,5 millones de metros cúbicos, obliga a considerar medidas más restrictivas.
Las autoridades locales ya han comenzado a debatir sobre la necesidad de imponer limitaciones al uso del agua para riego y consumo doméstico. Además, se está planificando un aumento en las campañas de concienciación para fomentar un uso más racional del agua entre la población.
La Agencia Catalana del Agua actualiza diariamente los niveles de los embalses para proporcionar información transparente. No obstante, el panorama a corto plazo sigue siendo complicado, especialmente si no se producen precipitaciones significativas.
En el caso del embalse de Sau, su recuperación dependerá de las lluvias abundantes durante los próximos meses y de una gestión más eficiente de los recursos existentes.
Así pues, el descenso en los niveles del embalse de Sau pone en alerta a la región y evidencia la urgencia de adoptar soluciones sostenibles frente a la crisis hídrica. Las autoridades y la población deben actuar conjuntamente para mitigar el impacto de esta situación crítica.