Pantano de Foix

Ayer alegrías, hoy reproches con los embalses catalanes: El Pantano de Foix, culpable

Superadas las fuertes lluvias, retorna la normalidad

La gestión del agua en Catalunya vuelve a situarse en el centro del debate social y político tras la tormenta del pasado sábado 12, que puso a prueba el equilibrio, siempre delicado, entre sequía y riesgo de inundación. Mientras que hace apenas unas semanas la opinión pública celebraba la recuperación histórica de las reservas, hoy se multiplican las críticas, especialmente en torno al pantano de Foix, que ha pasado de símbolo de seguridad hídrica a protagonista de reproches y malestar vecinal.

El embalse de Foix, situado en el término municipal de Castellet i la Gornal (Alt Penedès), es el único embalse catalán que ha vuelto a subir en las últimas 24 horas. Se mantiene en un impresionante 100,68% de su capacidad, tras el llenado extraordinario provocado por las lluvias torrenciales de la DANA. Este hito, que en otro contexto podría haber sido motivo de celebración, ha desvelado problemas estructurales que afectan tanto al ecosistema fluvial como a la seguridad de las poblaciones situadas aguas abajo, especialmente Cubelles.

Las consecuencias del “éxito” de Foix no han tardado en hacerse visibles. El pantano, con un precario sistema de desagüe y un mantenimiento muy limitado, ha acumulado grandes cantidades de lodo y agua de baja calidad. El caudal ecológico del río se mantiene actualmente entre 37 y 57 litros por segundo, una cifra que la empresa gestora de la desembocadura, Klimetica, considera absolutamente insuficiente.

Pantano de Foix
Pantano de Foix | Wikipedia

“Es muy importante que por el río baje agua de manera permanente y haya un ecosistema, porque esto también ayuda a evitar inundaciones”, advierte Aron Marcos, responsable de Klimetica, a ACN. La falta de caudal no sólo impide la vida fluvial, sino que provoca la sequedad del río en su tramo final y la pérdida progresiva de sedimento, afectando a las playas del Garraf y dificultando la regeneración natural del litoral.

Soluciones urgentes

Cubelles es la localidad que más ha sufrido los efectos del desbordamiento del río Foix en los últimos días. Los alcaldes de la zona del Garraf y del Penedès reclaman a la Generalitat soluciones urgentes para gestionar mejor las crecidas y aprovechar los caudales, evitando así que la historia se repita cada vez que llueve con intensidad.

Por su parte, la Agència Catalana de l’Aigua (ACA) responde que ya se han iniciado los trabajos de revisión del caudal ecológico para el próximo periodo 2028-2033, una revisión que los expertos y las entidades locales consideran urgente e inaplazable.

El caso del Foix es paradigmático: se trata de un embalse pensado únicamente para uso agrícola, y además de un uso muy reducido. La ausencia de compuertas funcionales y el escaso mantenimiento han convertido el pantano en un riesgo en lugar de un recurso. “Es una presa muy particular porque tiene un único uso, el agrícola, y, además, muy pequeño”, resume Marcos, que urge a las administraciones a cambiar su mirada sobre el río y a invertir en soluciones de futuro.

Mientras tanto, el resto del sistema de embalses catalanes ha vuelto hoy a la dinámica habitual de julio: pequeñas bajadas diarias y cierta estabilidad en los pantanos más grandes, como La Baells o La Llosa del Cavall, que mantienen su nivel, o descensos suaves en Sau, Susqueda y Riudecanyes. La imagen global es la de un sistema que, pese a los riesgos puntuales, sigue en buena forma respecto a los años anteriores, pero que, como demuestra el caso del Foix, necesita una gestión más proactiva, coordinada y moderna para afrontar los desafíos de un clima cada vez más extremo.