El amanecer de este domingo ha traído consigo una sensación de calma tensa en buena parte del territorio catalán. En los alrededores del Cap de Creus y la serra de l’Albera, el aire es denso y el paisaje, normalmente animado por excursionistas y amantes de la naturaleza, se percibe hoy inusualmente silencioso. Mientras el verano avanza, las condiciones atmosféricas y el estado de la vegetación dibujan un escenario especialmente delicado para los próximos días, con implicaciones directas en la vida cotidiana de muchos municipios del Alt Empordà y otras comarcas catalanas.
El riesgo extremo obliga al cierre de espacios naturales emblemáticos
El contexto meteorológico que atraviesa Catalunya este fin de semana es el resultado de varios factores combinados: temperaturas elevadas, humedad relativa muy baja, viento moderado del norte y una vegetación completamente seca tras semanas sin lluvias significativas. Estos elementos han elevado de forma drástica el riesgo de incendio forestal, hasta el punto de obligar a las autoridades a tomar medidas drásticas y poco habituales.
A partir de las 08:00 h de hoy, todos los accesos al Parc Natural del Cap de Creus y al massís de l’Albera han quedado cerrados al público por decisión del Govern. La fase de alerta del Pla Infocat y la activación del nivel 4 del Pla Alfa —el máximo en la escala de vigilancia de los Agents Rurals— han convertido esta jornada en una de las más críticas de la temporada.

Esta decisión afecta directamente a diecinueve municipios del Alt Empordà, entre ellos Agullana, Cadaqués, Cantallops, Capmany, Colera, El Port de la Selva, Espolla, Garriguella, La Jonquera, La Selva de Mar, Llançà, Palau-saverdera, Pau, Portbou, Rabós, Roses, Sant Climent Sescebes, Vilajuïga y Vilamaniscle.
Mientras se intensifican los controles de acceso y la vigilancia aérea, la atención se centra en la prevención total de cualquier conato de fuego. No es una medida aislada: otras zonas forestales de Catalunya, repartidas entre cinco comarcas —Alt Empordà, Baix Ebre, Ribera d’Ebre, Terra Alta y Segrià— también permanecen bajo nivel 3 del Pla Alfa, lo que supone restricciones severas y una presencia reforzada de los cuerpos de prevención.
Según Protecció Civil, un 90% de los incendios forestales en Catalunya tienen origen humano, ya sea por descuidos, negligencias o actividades agrícolas y recreativas mal gestionadas. Por este motivo, la restricción de acceso no es únicamente una medida preventiva ante las condiciones meteorológicas, sino también una acción decidida para minimizar la probabilidad de incidentes provocados involuntariamente.
En paralelo, la fase de alerta del Pla Infocat implica que todos los recursos se destinan a la vigilancia y la respuesta rápida ante cualquier incidencia. Los Agents Rurals concentran su labor en la patrulla activa, y los medios aéreos multiplican sus recorridos sobre las zonas críticas, mientras los cuerpos de emergencia coordinan la logística ante posibles evacuaciones o intervenciones de urgencia.
La activación del nivel 4 del Pla Alfa y las restricciones asociadas suponen una serie de prohibiciones que afectan directamente a los ciudadanos. No solo está vetado el acceso a los principales espacios naturales del Alt Empordà, sino que también queda estrictamente prohibida cualquier actividad que pueda suponer un riesgo de ignición en terrenos forestales y en una franja de 500 metros a su alrededor.