En pleno mes de agosto, cuando la calma estival parece dominar los paisajes de Catalunya, la combinación de factores meteorológicos está elevando el nivel de riesgo a cotas muy poco habituales. Las altas temperaturas, la sequedad ambiental y el viento han creado un cóctel especialmente delicado, activando todas las alertas en determinadas zonas del territorio.
La última actualización del Pla Alfa, sistema de vigilancia y prevención de incendios forestales de los Agents Rurals, sitúa en nivel 3 a un total de 31 municipios repartidos por cuatro comarcas: Alt Empordà, Ribera d’Ebre, Segrià y Terra Alta. Precisamente estas zonas coinciden con las áreas que, desde primeras horas del día, han sido objeto de aviso especial por calor extremo, según el Meteocat.
El nivel 3 del Pla Alfa implica riesgo muy alto de incendio forestal, con restricciones para cualquier actividad en el medio natural y un despliegue especial de recursos de vigilancia y extinción. Las razones de este escenario se encuentran en las altas temperaturas, que hoy alcanzan valores de hasta 40 ºC en Ponent, junto a registros cercanos a los 38 ºC en l’Empordà. Además, la falta de precipitaciones recientes y la presencia de viento en algunos sectores contribuyen a mantener la vegetación en un estado de máxima inflamabilidad.

Municipios bajo vigilancia estricta: la radiografía de una jornada crítica
La situación es especialmente delicada en el Alt Empordà, donde municipios como Roses, Llançà, Portbou, Cadaqués o la Jonquera están sometidos a la máxima alerta. En la Ribera d’Ebre, destacan Flix y Riba-roja d’Ebre, mientras que en el Segrià son Almatret, la Granja d’Escarp y Seròs los puntos en vigilancia prioritaria. Finalmente, en la Terra Alta, la Pobla de Massaluca encabeza la lista de municipios afectados.
El despliegue de medios preventivos es visible en estos territorios, donde las condiciones meteorológicas favorecen la propagación rápida de cualquier conato de incendio. El viento, aunque en general flojo, puede presentar rachas moderadas en el litoral y el sur, incrementando aún más el riesgo. El calor nocturno también contribuye al estrés de la vegetación, ya que las temperaturas mínimas no bajarán de los 25 ºC en algunas zonas del litoral central y sur, dificultando la recuperación de humedad.
Calor extremo y sequedad: el escenario meteorológico detrás de la alerta
El origen de este episodio se encuentra en la llegada de una masa de aire cálido procedente del sur, que ha disparado las temperaturas a lo largo de toda la jornada. El cielo despejado permite que la radiación solar incida con fuerza, y solo a partir del mediodía aparecen algunas nubes de evolución diurna en el Pirineu, el Prepirineu y el cuadrante nordeste. Sin embargo, la posibilidad de chubascos es mínima y, de producirse, serán precipitaciones muy puntuales y poco abundantes, incapaces de mitigar el riesgo en las zonas más afectadas.
La combinación de estos factores meteorológicos no solo complica la prevención de incendios, sino que exige precaución máxima por parte de la ciudadanía. El nivel 3 del Pla Alfa supone la prohibición de realizar actividades que puedan generar chispas o fuego, así como una recomendación clara de limitar al máximo cualquier desplazamiento por zonas forestales.